por Carla Sagulo
El vino de la casa
No camines descalza.
El vino de la casa
estalló en pedazos.
Habrá que barrer
sus lagrimitas,
buscar en los rincones
la punta de la herida.
No llores.
En las paredes
ya había manchas,
el vino estaba rancio
y la botella sí,
podría haber sido el pie
de esa lámpara que nunca hicimos.
Pero no te inquietes.
Todo se rompe.
Al fin y al cabo,
la casa, nos dicen,
fue siempre luminosa.
No camines descalza.
El vino de la casa
estalló en pedazos.
Habrá que barrer
sus lagrimitas,
buscar en los rincones
la punta de la herida.
No llores.
En las paredes
ya había manchas,
el vino estaba rancio
y la botella sí,
podría haber sido el pie
de esa lámpara que nunca hicimos.
Pero no te inquietes.
Todo se rompe.
Al fin y al cabo,
la casa, nos dicen,
fue siempre luminosa.
Veranito
es bueno que haga calor
tener las ventanas abiertas
como piernas llenas de besos
la vecina desconfía
de este clima en pleno invierno
yo en cambio leo
traducciones de anagrama en mi tumbona
y pienso en follar o sea
coger como si fuera
verano en mi hemisferio
es bueno que haga calor
tener las ventanas abiertas
como piernas llenas de besos
la vecina desconfía
de este clima en pleno invierno
yo en cambio leo
traducciones de anagrama en mi tumbona
y pienso en follar o sea
coger como si fuera
verano en mi hemisferio
Invitación
mirá bonito,
en casa hay té chino,
lugar de sobra:
mi cama es tan grande...
podría albergar
una orgía de jugadores de sumo
y aún habría espacio
para toda tu tristeza
créeme
te haría bien quedarte
este p.h.
primer piso escalera
es todo luz por la mañana
*
Carla Sagulo nació en Buenos Aires en 1977. Es Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. El vino de la casa, publicado por Vox en 2007, es su primer libro.
1 comentario:
"veranito" es hermoso!
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