26 de febrero de 2008

Sandías amarillas

Párrafos de novelas inexistentes

También me dijo que ella a veces ponía debajo de la pila –y no encima- el plato que acababa de limpiar y secar. Para no usar siempre el mismo. Así los iba rotando. Y que cuando se acordaba de hacer eso se sentía muy sola, muy sola, pero a la vez orgullosa de su soledad, como si hubiera un dios de la soledad que la felicitaba por eso, por no gastar siempre el mismo plato, por saber sobrevivir a la repetición de los días. Y me dijo que le impresionaba tener ochenta años y tener todavía un cuerpo. ¿Vos viste alguna cosa que tenga ochenta años?, me dijo, Pensá, algún juguete de 1928, algún libro de 1928… Están hechos pedazos. Oxidados, deshojados. Se te deshacen en las manos. Y mirá el cuerpo cómo aguanta. El cuerpo es una cosa. Pero debe cambiar todo el tiempo, ¿no? Se renueva como un árbol. Por eso debe ser.
p.mairal

18 de febrero de 2008

17 de febrero de 2008

Problema

por Rodrigo (de Fideos con manteca)

Me dijo que le rompió la cabeza cuando iba en la bici. Ella iba con la espalda derechita como una tabla de planchar. Le gritó algo por piola, pero no lo escuchó. Se colgó mirando como quien mira a una hoja en blanco. La sacó a los dos días. Ella era la piba que laburaba en Tercera Docena, pero no tuvo que comerse más de media docena de empanadas; sólo un sábado, nada más que un sábado para ganársela. Yo estuve ahí con él y me reía también de las giladas que decía, campeón. Primero le dijo algo sobre el afiche de Tercera Docena -casi dos metros de afiche, luces de laboratorio- de un pibe que masticaba también una empanada. Él hacía gestos. Ella respondía. Se hablaban con la unidimencionalidad con la que un tipo entiende a una stripper que se saca la ropa, pero sin que corra el dinero [SIGUE ACÁ]

8 de febrero de 2008

El culo de una arquitecta

(Quizá para equilibrar aquel ensayo sobre las tetas, ahora me pidieron uno sobre el culo femenino para la revista Soho de Colombia. Lo escribí con mucha ayuda de mi amigo Ramón).

por Pedro Mairal
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No suelo concordar con el prójimo varón sobre cuál es el mejor culo. Noto un gusto general por el culito escuálido de las modelos flacas. A mí me gustan grandes, hospitalarios, macizos. Me gusta el culo balcón, que sobresale y se autosustenta como un milagro de ingeniería. El culo bien latino, rappero, reggaetón, de doble pompa viva y prodigiosa.

Me salen versos cuando hablo de culos. Quizá porque en los culos hay algo más antiguo y atávico que en las tetas, que en realidad son una intelectualización. Las tetas son renacentistas, pero el culo es primitivo, neanderthaliano. Con su poder de atracción inequívoca, su convergencia invitadora, es un hit prehistórico. Despierta nuestro costado más bestial: el del acoplamiento en cuatro patas. Las tetas son un invento más reciente, son prosaicas. El culo, en cambio, es lírico, musical, cadencioso, indiscernible del meneo de caderas, del ritmo, la batida de la bossa que retrata a la garota que se aleja en Ipanema [SIGUE ACÁ].

6 de febrero de 2008

Jueves a la noche

Metáforas

Hablo con una amiga que se peleó con el novio. Me dice: "Yo veía Lost con él y ahora que no estamos juntos no la quiero ver más". Es decir que para ella todos esos personajes se quedan para siempre en esa isla, varados, inconclusos, irresueltos. La interrupción de Lost es su metáfora.

3 de febrero de 2008

Las fotos de Daniel Mordzinski

Cuando las fans descubrieron que no eran los auténticos Soda Stereo sino imitadores, les empezaron a arrojar piedras.
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Las estadísticas indican que, de cada tres autores argentinos, uno tira para adelante y los demás se dejan llevar.

La nota en La Nación
Fotos de Daniel Mordzinski