por Fabián Casas
Ah, las viejas series! Tenían capítulos unitarios que empezaban y terminaban en el mismo día, aunque algunas siguieran su trama a lo largo de toda la temporada. Las veíamos por la noche, con toda mi familia tirada sobre la cama matrimonial de mis viejos. En ese entonces, seguíamos El fugitivo. Me acuerdo del último capítulo, en el que el doctor Richard Kimble consigue atrapar al Hombre Manco que había matado a su esposa. Un capítulo doble con final feliz y catártico. Ahora la cosa se perfeccionó, se volvió rizomática. Por ejemplo Lost. No me imagino que pueda tener un final satisfactorio para sus seguidores –dentro de los cuales me encuentro–, a esta altura del partido y con cuatro temporadas en el buche. No, me parece que los guionistas no van a poder suturar a Lost cuando deban converger las tramas y subtramas que se fueron desperdigando dentro y fuera de la isla. Creo que Benjamin Linus no quiere producir satisfacción. Con la obra inédita de J.D. Salinger va a pasar lo mismo... [SIGUE ACÁ]
5 comentarios:
o Denevi... escritores reclusos, cada uno defendiendo su concepción sobre la vida, su vida misma.
Gracias.
Voy a buscar sus libros.
Sólo leí "Franny and Zooey", y fue hace mil años.
firee casas
Este texto es excelente, y lo único que puedo decir es: la concha de su madre! Salute
Leí "The catcher in the rye", por este post. Gracias!
En el Central Park saqué una foto de la laguna, con los patos volando sobre ella.
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