(Publicado en la revista Brando, en mayo de 2010)
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Pedro Mairal
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La noche antes del viaje daba vueltas en la cama. Me voy a morir, pensaba. Por hacerme el transcultural. Voy a quedar en la ruta señalado con una de esas crucecitas que ponen los familiares al costado de la curva mortal. Estaba todavía a tiempo de cancelar. Además no sabía quién iba a ser el camionero. ¿Qué pasaba si era el camionero prototípico que “chupa como un camionero” y maneja borracho? ¿Cuántos kilómetros iba a soportarlo si manejaba mal? Le había preguntado a mis amigos si les parecía que yo iba a poder ponerme el cinturón de seguridad en el camión y se rieron en mi cara. Me estaba arrepintiendo de haber aceptado la propuesta de la revista: subirme con un tipo que no conocía a un camión con acoplado por las rutas argentinas para escribir un artículo... [SIGUE ACÁ]
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Pedro Mairal
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La noche antes del viaje daba vueltas en la cama. Me voy a morir, pensaba. Por hacerme el transcultural. Voy a quedar en la ruta señalado con una de esas crucecitas que ponen los familiares al costado de la curva mortal. Estaba todavía a tiempo de cancelar. Además no sabía quién iba a ser el camionero. ¿Qué pasaba si era el camionero prototípico que “chupa como un camionero” y maneja borracho? ¿Cuántos kilómetros iba a soportarlo si manejaba mal? Le había preguntado a mis amigos si les parecía que yo iba a poder ponerme el cinturón de seguridad en el camión y se rieron en mi cara. Me estaba arrepintiendo de haber aceptado la propuesta de la revista: subirme con un tipo que no conocía a un camión con acoplado por las rutas argentinas para escribir un artículo... [SIGUE ACÁ]