24 de octubre de 2006

Rita y Bertoni

por Fabián Casas
El otro día, escuchando hablar a Daniel Bertoni en un documental sobre el Mundial 78 –un documental crítico sobre la utilización del fútbol para ocultar una masacre- me vino a la cabeza la frase de Spinoza: ¿Por qué los hombres luchan por su opresión como si se tratara de su libertad? Spinoza supo contestar con su vida a esa pregunta: se negó a hacerse cargo de una cátedra de filosofía en la universidad de Heidelberg y rechazó además el dinero mensual que el Rey de Francia le ofrecía a cambio de que le dedicara uno de sus textos. Spinoza pensaba y escribía y para poder hacerlo sin interrupciones, no se dejaba seducir por boludeces. Trabajaba puliendo lentes y con eso le bastaba. Tenía una idea central para mantenerse alejado del poder: creía que quienes mandan son impotentes que encuentran una alegría compensatoria construyendo su poder sobre la tristeza de otros.

¿Pero qué decía Bertoni? Cuando le preguntaron si se sentía afectado por haber ganado un mundial organizado por la dictadura militar, contestó: “Yo hacía las paredes con Luque y kempes, no con Videla y Massera”. Lo cual era cierto. Dentro del juego, dentro del perímetro de la cancha, no había militares, pero el cemento con el que se construían sus paredes, estaba pagado por el Proceso de Reorganización Nacional. De modo que Bertoni –y muchos otros- a la hora de enfrentarse con los hechos políticos-con la vida diaria de ese momento- sólo elegían ser futbolistas: hamsters corriendo en sus rueditas en la pecera de vidrio que les construyó el EAM.

Y una idea, así al tuntún, me llevó a otra. La noche anterior al documental del mundial, había estado leyendo un ensayo que publicó Marcelo Cohen en su revista Otra Parte donde da cuenta de un posible mapa de la literatura argentina actual y cita, en el párrafo del comienzo –posiblemente como disparador de su texto- , la polémica que instaló el libro de Damián Tabarovsky “Literatura de izquierda” en un suplemento literario. Así que leí a Cohen y después leí el libro de Tabarovsky... [SIGUE ACÁ]

11 comentarios:

nv dijo...

al leer esto:
tuve satori
tuve nirvana
¡viva el escritor bonsai!

pd: Casas está leyendo Los diarios de Kurt C? si alguien lo tiene me lo presta? está muy caro ¿Cuándo sale la versión cartonera?

Anónimo dijo...

Me rompió la cabeza.

Anónimo dijo...

La puta que lo parió, no sé por dónde empezar.

Anónimo dijo...

que opinará Kuitca?

Tatiana dijo...

Yo quiero escribir con la conviccion con la que Carranza dormía la siesta.

Anónimo dijo...

Al fin alguien dice lo que hay que decir.

Jaramillion dijo...

Grcias, Fabián. Nos das aliento a unos cuantos soldaditos de pies de barro.

Un abrazo.

pmi dijo...

che, pelado, hacia rato que no me aburria con un texto tuyo...y ojo con tocar a Bertoni, la mejor derecha del futbol argentino, que alguna vez le puso los puntos al escocés Johnstone luego de clavar un zapatazo enun ámgulo...

Anónimo dijo...

Casas dedicate a la autoayuda y a las katas de karate. Deja de mentir y venderte como estrellita de rock para pibes resentidos de los noventa. Además no es cierto que Cohen no haga nombres. Hace nombres y entre los que escriben mal te nombra a vos. ¿Por qué no decís que te toco tu ego gigante de pajero y mitómano?

Anónimo dijo...

cohen es un muerto, aburrido. el otro día en un documental mostraba cómo afilaba los lápices en su escritorio, y las piedritas de cábala que tiene, y sus manías... un forro de acá a la china, megalómano a más no poder, que cree encima que a alguien le puede interesar su miseria burguesa. cohen tiene un futuro de gran olvidado que ya se le ve en toda su actitud desesperada. por ejemplo en tratar de hacer un mapita de la literatura argentina actural donde él se ubica en el lugar más prestigioso, la hiperliteratura. casas es la periliteratura, porque está alrededor de todos, dándoles mil vueltas a estos pretenciosos bostezables.

Anónimo dijo...

Kempes: jugaste para la dictadura y ahora seguís en la misma por espn!