por Adriana Battu
Última entrega de estilos sexuales masculinos.
Los anteriores son:
Abajo van otros cuatro. Seguramente hay más que estos 12 estilos sexuales masculinos (de hecho en los comments hay varias propuestas), pero está bien así. No hace falta aclarar que hay hombres a los que les caben varias categorías, o que mutan de categoría en una misma noche o a lo largo de los años. No pretendo que esta clasificación sirva de algo ni que haga reflexionar a los hombres. No soy Alejandra Granpolla. La verdad que cada uno coje como puede. Quizá con algunos hombres hay esperanza porque es cierto que mejoran un poquito con la edad.
El mudito
No sabés qué quiere. No se expresa. Pone cara de nada. Terminás haciendo preguntas pavas “¿Te gusta así?”. Y él contesta “mm”. No sabés si se durmió o si lo enmudeció el éxtasis místico. Te agota porque te obliga a probar de todo para despabilarlo y después te parece que se despide pensando que te hacés la porno star.
El memorioso
Es verbal como el locutor, pero se lo distingue porque sus frases no son sobre lo que te está haciendo o por hacer, sino sobre lo que te hizo o le hiciste alguna vez. El memorioso está siempre desfasado, recordando a la perfección un polvo anterior, y te lo dice al oído. Chupame la pija como esa noche en el auto en el estacionamiento del shopping. ¡Cómo te cogí contra la pared la semana pasada cuando te levanté ese vestidito celeste! Parece disfrutar más del recuerdo que del presente. Quiere siempre recrear otras situaciones, pero de todas formas no hay que exasperarse porque el polvo presente va a figurar en su memoria la próxima vez. Con él hay que coger para el recuerdo. Y considerar que te ve como nadie te vio jamás. No hay que pensar que está medio ausente. El tipo está, o mejor dicho, estará. En algún polvo de algún día futuro se va a acordar perfecto de ese momento. Se acuerda de cómo te cogió la madrugada del 25 de abril del 2006 y el ruidito que te hacían las pulseras cuando lo hiciste acabar entre las tetas. Y entonces te propone: “¿tendrás por ahí esas pulseras plateadas…?”
El Gran DT
Se exige y te exige mucho. Hace logística de anticipación: horarios, lugar de encuentro, forros, lubricantes. Conocí uno que llamaba al telo para ver si estaba libre su suite preferida. Lo espera todo de vos en cada polvo. Porque cuando se coge con el Gran DT, se coge en serio, en primera división. No hay polvitos al tuntún. En plena acción, si vos estás arriba, te empieza a decir “Dale, dale, más rápido, dale” o sino “Chupamela, así, hermosa, no pares, no pares”, o quiere acabar juntos “Ahí vamos, divina, ahí vamos, vamos”. Es como si se desdoblara y estuviera al pie de la cama vestido de saco y gritando “Bajen, bajen!, Armensé, armensé!”. Es resultadista. Cuenta los orgasmos tuyos y los propios. Dice “Vamos 2 a 1, ¿no?”. Lo que para vos es un plácido relax después de un buen polvo, para él es el entretiempo. Te ofrece agua, propone estrategias: “Ahora cuando empecemos de nuevo, probemos de costado, que me parece que vamos a andar mejor”. El tipo tiene úlcera.
El incómodo
También es director, pero no técnico, sino de cine, de sonido, de fotografía. Siempre está proponiendo mínimos ajustes. “Ponete un poquitito más… Ahí, perfecto.” O “Pará que tengo algo que me pincha la espal… Ahí está, ahí está”. Es muy visual. No puede empezar hasta que no arregló bien el tema luces: la del cuarto apagada, pero la del living prendida y con la puerta a medio entornar. El dimmer lo hace muy feliz. Te conoce tus mejores ángulos y te los pide; cuando te coge en cuatro te dice “A ver, mirame”. No le gusta el polvo de abrazo enceguecido, sino las poses que permiten los planos abiertos. Es freak de los ruidos. Un crujido de cama lo hace pedir “corte”. Un celular que interrumpe lo malhumora por una semana.
No sabés qué quiere. No se expresa. Pone cara de nada. Terminás haciendo preguntas pavas “¿Te gusta así?”. Y él contesta “mm”. No sabés si se durmió o si lo enmudeció el éxtasis místico. Te agota porque te obliga a probar de todo para despabilarlo y después te parece que se despide pensando que te hacés la porno star.
El memorioso
Es verbal como el locutor, pero se lo distingue porque sus frases no son sobre lo que te está haciendo o por hacer, sino sobre lo que te hizo o le hiciste alguna vez. El memorioso está siempre desfasado, recordando a la perfección un polvo anterior, y te lo dice al oído. Chupame la pija como esa noche en el auto en el estacionamiento del shopping. ¡Cómo te cogí contra la pared la semana pasada cuando te levanté ese vestidito celeste! Parece disfrutar más del recuerdo que del presente. Quiere siempre recrear otras situaciones, pero de todas formas no hay que exasperarse porque el polvo presente va a figurar en su memoria la próxima vez. Con él hay que coger para el recuerdo. Y considerar que te ve como nadie te vio jamás. No hay que pensar que está medio ausente. El tipo está, o mejor dicho, estará. En algún polvo de algún día futuro se va a acordar perfecto de ese momento. Se acuerda de cómo te cogió la madrugada del 25 de abril del 2006 y el ruidito que te hacían las pulseras cuando lo hiciste acabar entre las tetas. Y entonces te propone: “¿tendrás por ahí esas pulseras plateadas…?”
El Gran DT
Se exige y te exige mucho. Hace logística de anticipación: horarios, lugar de encuentro, forros, lubricantes. Conocí uno que llamaba al telo para ver si estaba libre su suite preferida. Lo espera todo de vos en cada polvo. Porque cuando se coge con el Gran DT, se coge en serio, en primera división. No hay polvitos al tuntún. En plena acción, si vos estás arriba, te empieza a decir “Dale, dale, más rápido, dale” o sino “Chupamela, así, hermosa, no pares, no pares”, o quiere acabar juntos “Ahí vamos, divina, ahí vamos, vamos”. Es como si se desdoblara y estuviera al pie de la cama vestido de saco y gritando “Bajen, bajen!, Armensé, armensé!”. Es resultadista. Cuenta los orgasmos tuyos y los propios. Dice “Vamos 2 a 1, ¿no?”. Lo que para vos es un plácido relax después de un buen polvo, para él es el entretiempo. Te ofrece agua, propone estrategias: “Ahora cuando empecemos de nuevo, probemos de costado, que me parece que vamos a andar mejor”. El tipo tiene úlcera.
El incómodo
También es director, pero no técnico, sino de cine, de sonido, de fotografía. Siempre está proponiendo mínimos ajustes. “Ponete un poquitito más… Ahí, perfecto.” O “Pará que tengo algo que me pincha la espal… Ahí está, ahí está”. Es muy visual. No puede empezar hasta que no arregló bien el tema luces: la del cuarto apagada, pero la del living prendida y con la puerta a medio entornar. El dimmer lo hace muy feliz. Te conoce tus mejores ángulos y te los pide; cuando te coge en cuatro te dice “A ver, mirame”. No le gusta el polvo de abrazo enceguecido, sino las poses que permiten los planos abiertos. Es freak de los ruidos. Un crujido de cama lo hace pedir “corte”. Un celular que interrumpe lo malhumora por una semana.
14 comentarios:
Aaah. Por favor.
Todos mi respetos, Battu.
Esto es una obra maestra.
Jajaja!
Chapeau. Esta es una observadora de la naturaleza humana, no como otras que se las dan de Cosmo-gurus.
Un gustazo leerte, Adriana.
A ver mirame. JAAAAAAAAAAA. tre men do. Le sumo:
Correte el pelo así un poquito para el costado. Ah, ahí, ahí...bien, eso.
Genial!!!! Sin palabras, pero que no sea la última entrega!!!! Por qué no estilos sexuales femeninos? Hagamos autocrítica, ja!
Gran observadora! Se agradece la mirada "del otro lado del mostrador".
Siii!! Estilos sexuales femeninos! jajaja
Hay que reirse de lo sexy o ridículas que podemos ser!
Abraxo!
Leí los doce. Y sólo se me ocurre un comentario: ¿NUNCA te fue bien a vos? :P
Battu, sos lo más.
Battu: Ud. está para la battucada...!!!
La libertad es una gran cosa si nos reimos de tan incómodos panfletos sexuales...no?
Lo de las tetas me gustó...!
¿Doce tenían que ser?. Un número místico?. No estaría mal un 13 místico.
Besos ahi...!
Siga disfrutando y haciendo disfrutar al pueblo lector.
Agradecido por mi parte.
Muá
Esto es genial.
Me lo recomendaron tres personas distintas, y todas tenían razón!
Excelente, che!
y yo? en que categoria entro?
Te falta la mas importante, la de significado mas completo!!
En que categoría metés "hacer el amor"?
Qué bueno, por dios, me divertí mucho leyendo todos estos posteos. Quiero dejarles uno más, de cosecha reciente en mi caso, ja ja:
El Marido
Actúa como tal no siéndolo. En la primera noche pide para pernoctar sin consulta previa (como un marido). Llegados al momento de la verdad, opera de manera harto simple: un par de besos, tocada obligatoria de tetas, dos o tres caricias y listo, entra sin pedir permiso (como un marido). Su performance deja mucho que desear y suele tener hasta nombre de marido (como Raúl o Roberto). Por si todo esto fuera poco, RONCA... exactamente igual que un marido!!!
Chicas, huyan de él lo más pronto que puedan!!!
Muy buen blog, llegué a través de tomás hotel...!
Saludos a todos.
AP
chica_rumiante
Publicar un comentario