“Una vuelve a recordar que era parte de aquella vida y de esta vida que volvía a vivirse. Una vuelve a sentarse en la mesa donde se había sentado, la misma silla que ahora parece más cómoda y gastada. Te acostás en tu cama compartida con tu amor tantas veces pero parece distinta. Lavás los platos con tus manos torpes porque te pasaste tantos años lavando vajillas y vasos de plástico y ahora el vidrio y la loza te parecen tan pesados y frágiles.”
(por Ramona Leiva, columna Vivir afuera escrita por personas que vuelven a sus casas después de pasar por la experiencia de la cárcel, en Fanzin 31, Ezeiza, dic 2006)
(por Ramona Leiva, columna Vivir afuera escrita por personas que vuelven a sus casas después de pasar por la experiencia de la cárcel, en Fanzin 31, Ezeiza, dic 2006)
"Tampoco nunca nos habló de la guerra. Sus anécdotas eran vagas, divertidas. Historias sobre carreras de piojos entre los presos, sobre falanges de los dedos que le faltaban atribuidas a la erosión que le provocó jugar a las bolitas. Sólo una vez de grande lo escuché contar una historia de la guerra. Una mujer en agradecimiento le regaló una zanahoria, que él tuvo que machucar con una piedra para poder comer porque había perdido todos los dientes por el hambre". (por Tatiana)
Me obsesiona lo que tienen en común estas dos citas: la textura de lo real, los detalles que no se pueden inventar o que son difíciles de inventar (en este caso, la sensación torpe de las manos al volver a lavar cosas de vidrio después de años de cárcel; o tener que machucar una zanahoria para poder comerla porque uno perdió los dientes por el hambre). Observaciones muy puntuales de la experiencia. Actos personales, íntimos, de la vida cotidiana, pliegues del pensamiento o del recuerdo, detrás de los cuales se notan, se adivinan tragedias sociales enormes como la guerra entre países o la vida dentro del sistema carcelario. La verdad, la tragedia, parece salir a la luz a través de esos detalles que parecen casi insignificantes. Pero está toda la guerra ahí, todo el encierro.
12 comentarios:
Cuando se discute sobre la 'novedad' de los blogs, es esto lo que se deja de lado, y lo único que importa.
Ese instante fugaz en que una zona de la experiencia jamás hecha verbo se vuelve escritura. Eso es lo más querible del blog. No es exclusivo: está la experiencia hecha voz en el relato del abuelo o hecha fanzin desde el recuerdo de una mujer que estuvo presa.
Lo que me gusta de los blogs (que, por otro lado, son un fenómeno antiguo para nuestro vértigo: somos muchos los exbloggers de hace al menos cuatro años, cuando las gentes de Letras o Los Escritores o Los Periodistas no sabían que existían porque era demasiado 'técnico', demasiado-computadora, demasiada consonante blog-post-comment-ah!)es que permite millones de dedos sobre los teclados volviendo letra zonas de las experiencia que nunca antes fueron puestas en palabra pública.
No sé porque es difícil apartarse de lo real en los post de los blogs. Hay como un llamado a la verdad en el fondo de todo esto.
la gente de letras NO es la que hizo historia en los blogs como quieren creerse. pregunten por los primeros, ellos se llevan la bandera. no intenten apropiarse de lo que no les pertenece. llegaron tarde para eso.
Esas experiencias de lo real llevadas a un formato distinto pero posible, el corrimiento de lo cotidiano por el cambio de estado y su manifestación, esas cosas que son un poco el arte que me interesa, también son un componente del lenguaje de los blogs, claro que sí. Una nueva versión del arte de hacer reales las cosas reales, que, muchos debemos confesar, se vuelve adictiva, como casi todas estas ventanas...
¿y qué es lo real? será que hace unos días vi la peli y tú qué carajo sabes? igual entiendo que estamos hablando de algo que se trasluce en esos textos. no de si los blog son reales o no. igual vuelvo a preguntarme, ¿qué es lo real? será que estoy bastante circular últimamente. mejor lo dejo acá
PD: ¿leyeron Yo no fui?
Los blogs son reales; sería muy preocupante que no lo fueran. A lo que torpemente quería referirme (creo que estaba bastante borracho) es que muchos de los textos que circulan en la blogósfera comparten tácitamente la veta de de donde salen esas marcas, esos colores que, si no los ves, son imposibles de imaginar... ahí veo una de las revoluciones de este medio; la posibilidad de acceder a través de la escritura, tan conceptual, a un estado de realidad virtual, que todo el tiempo se trasviste con los elementos de la otra.
¿lo qué?
todas esas pequeñas cosas que no van a cambiar el mundo. una chica esta noche es reina de la taberna y un nene intenta meter todo el mar en un baldecito de plastico. todas esas pequeñas cosas que no van a cambiar el mundo. escribí en servilletas de papel en cada bar. y ahora descubro que soy un blogger? nunca quise estar a la moda. fijar vèrtigos -era la consigna de rimbaud. hoy a un señor se le saliò un zapato en la calle y la lluvia confunde los olores de cada camino que conduce a casa. abrazos.
a ver. claro! los blogs son reales. y estos comentarios se están yendo de sintonía. creo que el post no habla de blogs. habla de otra cosa. de todos modos: me refería a qué grado de 'realidad' hay en lo que se escribe en los blogs.
¿Y qué importa de lo que habla el post? ¿O acaso no se puede usar una observación feliz como punto de partida?¿O es que el pensamiento colectivo debería ser previsible como el ferrocarril inglés? No olvidemos que estamos hablando de la textura de lo real en la literatura, desde ya una utopía bienintencionada. La zanahoria desdentada, que tanto nos ha conmovido, no deja de ser un chorro de electrones que golpea contra el vidrio del monitor... ni siquiera, ya, tinta sobre papel.
claro que sí, se puede. no se me enchive. sólo quería aclarar de qué estaba hablando, porque ni yo misma me daba cuenta...
¡Nunca me enchivé! (a menos que no se trate de lo que yo creo, convertirse en un ser sobrenatural con rasgos de macho cabrío)
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