por Adriana Battu
Cuando me acuerdo de vos, me acuerdo de algo que nunca te dije. En mi cama cuando te quedabas dormido vestido a la tarde, a veces, en la penumbra, veía que algo brillaba en tu bolsillo. Era tu celular. Te llamaban, pero lo tenías sin sonido. Sólo se prendía esa luz del Nokia medio fosforescente que se veía a través del pantalón. ¿Quién te llamaba? Yo estaba segura de que eran minas. Alguna mina, o varias. No sé. Nunca contaste nada. Y era como que te brillaba la bragueta. El celular en el bolsillo de adelante, al lado de la pija. Te brillaba la pija en la penumbra de mi cuarto. La luciérnaga de tu infidelidad posada en tu bragueta. Tu energía, lo que más te importaba, lo único que te importaba, brillaba cuando dormías. Las minitas llamándote, rondándote. Eras lindo, Mati. Yo sabía y no me enteraba y te dejaba tranquilo. Nunca te pregunté quién te llamaba. Estábamos bien así. Pero vos sos muy tonto y querías que te celara, que me enojara, que te hiciera un desplante. No supiste seguir así dormido. No supiste seguir siendo así de hermoso.
6 comentarios:
Adriana, te quiero conocer.
¿Será posible?.
C.
¡¡A Mati le zumba la poronga fluorescente!!
Muy lindo, vieja.
muy bueno, universal....
La mayoria tuvimos un Mati, alguna vez en nuestra vida.
YO SOY MATI. Algún problema con mi pija luminosa???
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