por Fabián Casas
Fue una mañana calurosa en extremo –esas mañanas que preanuncian un día completo en el horno de Banchero– cuando sonó el teléfono y me dijeron que había muerto Joaquín Giannuzzi. Llamaba una periodista y quería que le dijera unas palabras sobre el poeta. En ese entonces yo solía levantarme muy tarde, casi al filo del mediodía y –después de un manguerazo en la ducha– salir para mi trabajo. La llamada llegó apenas un rato antes de eso, me encontró groggy y transpirado y después de que corté quedé peor aún. Se había muerto Joaquín. [SIGUE ACÁ]
Fue una mañana calurosa en extremo –esas mañanas que preanuncian un día completo en el horno de Banchero– cuando sonó el teléfono y me dijeron que había muerto Joaquín Giannuzzi. Llamaba una periodista y quería que le dijera unas palabras sobre el poeta. En ese entonces yo solía levantarme muy tarde, casi al filo del mediodía y –después de un manguerazo en la ducha– salir para mi trabajo. La llamada llegó apenas un rato antes de eso, me encontró groggy y transpirado y después de que corté quedé peor aún. Se había muerto Joaquín. [SIGUE ACÁ]
5 comentarios:
me gusta giannuzzi. y no solo porque tengamos el mismo apellido.
y entonces, una simple nota, se vuelve poesia.
yo a casas lo descubri hace un toque nomas... y su bosque pulenta me detono la cabeza como nadie... es de los textos que te hacen plantear sque carajo escribis y si vale la pena... encima aca habla de su mentor del que lo hizo a el parar y mirar dos veces antes de cruzar... me emociono cuando lo lei en el suplemente cultural...
escribi en una esquina de mi cuaderno
COMPRAR
GIANNUZZI POESIA COMPLETA(!!)
Que tilingo el amigo Sentimental.
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