23 de mayo de 2007

Jardín de infantes

por Pedro Mairal
Mamá me lleva al jardín y me da un jarabe envuelto en papel madera. Me lo da con una nota para la maestra. En el auto le digo que no quiero tomarlo; me dice que lo tengo que tomar ¿Por qué lo tengo que tomar? Porque sí. No lo quiero tomar, ¿por qué lo tengo que tomar?, mamá se harta y me dice: porque si no lo tomás te morís. Entro al jardín. Es demasiado temprano. Todavía está oscuro y no hay nadie en el patio. Me trepo a uno de esos caballetes para hacer gimnasia. Llega otro chico y también se trepa. Estamos jugando y el frasco de jarabe se me escapa de la mano, se resbala del envoltorio de papel, se va al suelo, no lo veo caer, pero escucho que se hace pedazos sobre el piso del patio. Un piso de cemento con agujeritos cuadrados. Ahí está el jarabe desparramado y los vidrios rotos. Empiezo a llorar, una maestra me lleva para adentro y trata de calmarme y me dice que no me preocupe, pero es muy dificil calmarte o no preocuparte cuando sabés que te vas a morir porque se te rompió en el suelo el frasco del remedio que tenías que tomar para no morirte y no hay solución, un frasco de vidrio roto no se arregla y mamá ya se fue y acá estoy entre toda esta gente que me mira y no sabe que yo dentro de un rato me voy a morir.

19 comentarios:

d. dijo...

el fin del mundo.
qué angustia.

Charlotte dijo...

extraordinario, amigo.

La campeona de nado dijo...

muy hermoso.

Anónimo dijo...

la tribuna aplaude de pie

iracundos dijo...

testoy viendo Mairal, misma cara en un cuerpo un poco más chico, en el recreo de la agonía.
muy bueno.

paula p dijo...

:(
pero viviste! ahora que vinculo tenes con la aloatia

ah, pedro, encontre hace poc una revista ricardito con un relato infante tuyo muy bello de un conejito (!!!y etc)

Tatiana dijo...

Peter: hoy vi una foto suya (vieja) en la Ñ, y tenía mucha cara de purrete.

TiTo A. dijo...

De los artistas que conocí en los blogs en estos meses, sos uno de los que me acuerdo el nombre, Pedro Mairal. Tomalo como un cumplido.
Me acordé al toque, cuando leí tu texto, de cuando comí sardinas en la casa de un vecino (me tentaron y caí), y al llegar a mi casa recordé la prohibición de comerlas impuestas mi madre, también con el argumento de que si lo hacía moriría; tirado boca abajo, llorando en la cama, oía que ella me preguntaba "¿¡Qué te pasa, por qué llorás!?" y yo tartamudeaba, en medio de los peores sollozos que he tenido: "¡Nada, nada!"

jqn valenzuela dijo...

terrible relato tierno como los tiempos del jardín. un gusto

Tommy Barban dijo...

a mí lo que más me gusta es esa mamá que no te suelta ni aún ausente

EmmaPeel dijo...

qué sensación tremenda en un pibito
buenísimo el relato

Satamarina dijo...

me gusta la primera persona,. y la desesperación ingenua que genera.

catadoroculto dijo...

pa la proxima un frasquito de plastico, amigo...

Anónimo dijo...

a mí me parece que el texto sería mucho más efectivo si la última oración terminara luego de la primera coma: "Empiezo a llorar." Si el lector ya se identificó con la primera persona infantil, la angustia sobreviene, las palabras sobran...
Bueno, al menos eso me pasó a mí.

Anónimo dijo...

mamá es mala, está claro. inútil intentar protegerla con un "se harta".

Paula Yalú o Paula de Sebastián dijo...

dulce como el jarabe

Anónimo dijo...

mamá no es mala, las mamás no son malas cuando dicen esas cosas. son un poquito, como decirlo, ¿"brutis"?.

Anónimo dijo...

No llores, Pedrito, ya está, ya pasó. Ya pasó, bebé, no llores. Mamá es un poco "brutis". Perdonala, ¿sí?

Ana dijo...

Un cuentito de terror maravilloso... o un cuento maravilloso de terror, que no es lo mismo. Aprovecho para decir(te) que estoy leyendo "El año del desierto", y que estoy fascinada.