17 de septiembre de 2006

Viajando vi una señora y aplaudí

por Rodrigo (Fideos con manteca)


Pensando en un tema de Sepultura, alegrísimo por volver a casa, subí al 53 y en la mitad del camino, después de la general Paz e hipnotizado por el sonido del motor del colectivo, por la ventana, en un toque y en una esquina, vi un bardo de mujer enorme cargando bolsitas de supermercado chino, a cada paso inclinándose a golpecitos de un lado a otro y tratando de equilibrar la escena, y una bocha de críos corriendo unos metros adelante y volviendo en círculos a la madre y jugando a ver quién corre más, a quién grita más, a quién es más ninja y a quién algo más; ella era una vaca tratando moscas, un planeta llevando lunas, una suela levantando mierda de baldosa, una ranchera Ford y perros ladrando, vino acabando bolas de frailes y churros o morcilla y riñoncitos, Blanca nieves bailando cumbia con los siete enanitos, boca cochina babeando putas madres y ave marías; ella era un nombre propio, virgen y sagrado, chinísima hasta en las chinelas, una pollera azul escondiendo verdín, pullover negro con olor a caldito Knor verduras, evitando las miradas ociosas e hiperbólicas (esas que se compadecen pero ridiculizan o ridiculizan para no compadecer) llegando a casa y nada más.

6 comentarios:

Luciana Rezzónico dijo...

me encantó

Anónimo dijo...

¡Carajo hombre!, que sequedad con los chicuelos y la nodriza...¿No viste acaso a alguna de esas pelirrojas prietas de copa 36b?...

Fideos con manteca dijo...

qué es pelirroja prieta de copa 36b?

Anónimo dijo...

Qué cuadro delicioso. La paciencia de una madre (como esa; otras tienen la mecha más corta) es infinita.

pELuZoN oF PuPo dijo...

Esa es la imagen, hermoso, me encantó. También me gusta cuando se revolean unas cachetadas a la nuca (es que a mi me las dieron).

Unknown dijo...

...bailando cumbia...

muy bueeee