26 de abril de 2008

El trauma de los libros

Pedro Mairal
Los colegios suelen llevar a los chicos de excursión. Los padres firman un permiso y el alumno puede entonces ir de paseo con todos sus compañeritos al Zoológico, al Planetario, al Museo de Ciencias Naturales, a la Rural o a la Feria del Libro, bajo la custodia de dos o tres maestras al borde del colapso.
De esas salidas grupales, los niños suelen preferir la de la Rural. Ahí se pueden juntar calcomanías, hay promotoras atractivas, se pueden ver animales –como los chanchos– que presentan dimensiones genitales sorprendentes, las vacas largan sin pudor unas bostas humeantes y sonoras. Todas cosas que a los niños les encantan. Pero la Feria del Libro no presenta tantas diversiones. De hecho, esa excursión fue un momento traumático de mi infancia.
Me acuerdo de que “la Serrano”, una de las profesoras que nos llevaban, fumaba como una chimenea (en esa época todavía las profesoras fumaban al lado de los alumnos). Ese año la feria estaba dedicada a La Divina Comedia. No nos entusiasmaba mucho el programa. En la entrada había una inscripción en italiano que decía: “Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate”. ¿Qué dice ahí, profesora? Abandonen toda la esperanza los que entran acá, dijo la Serrano.
Nos pasearon entre puestos de libros, con esa idea extraña de que la cultura se transmite por ósmosis. Era como ver tapas de videos. ¿Para qué venimos acá, profesora? La Serrano no contestaba. Seguimos por los pabellones; no había animales, ni muestras gratis, sólo unos folletos, y el Fernet que no era para niños. La quinta vez que le preguntamos a la Serrano para qué estábamos ahí, la tipa se hartó, se dio vuelta y con el pucho en la boca, dijo: “Para que vean todos los libros que van a tener que leer en su vida”. Nos quedamos callados, mirando ese océano de libros que nos rodeaba. Me acuerdo de haber pensado: ya no llego.
Debe ser por eso que cada año la feria me agobia. Voy igual, busco cosas muy específicas (libros inhallables o conferencias de autores) pero camino apurado, como temiendo quedar aplastado por ese tsunami de libros que nunca se termina de leer.

11 comentarios:

@alebargo dijo...

Yo nunca voy. Me agobia la proliferación de libros que no voy a comprar, y más me agobian las multitudes.
A veces lamento perderme una buena charla, los escritores me siguen pareciendo tipos muy interesantes, pero prefiero encontrarlos en otro ámbito. (¡¡Tomando cerveza en una esquina es ideal!!)

LU dijo...

Es que la feria es agobiante: hay mucho ruido, mucho color, cositas por todos lados, gente, gente, stand de bancos, de fernet, de cualquier cosa. Y siempre me pierdo, no encuentro lo que busco y me pregunto si toda esa gente lee y me digo que seguro que no. Pero por una cosa o por otra vuelvo al otro año. Y en cuanto a la excursión, podría ser peor, yo tengo que llevar a mis alumnos a La serenísima y doy lengua y literatura!

oliver russell dijo...

no sabia que habia fernt. voy a ir.

Unknown dijo...

Está clarísimo que la feria es un acontecimiento fundamentalmente para no lectores, para quienes buscan tranquilizar su conciencia cultural en dosis anuales. Para los mismos que cada 31 de diciembre se prometen "leer un libro entero" el año próximo, sin que importe el contenido sino la proeza gimnastica de haber llegado hasta el final.

lexi dijo...

uh, yo detesto la cantidad de gente,me da claustrofobia y verlos chorearse los libros y no animarme a lo mismo... me da envidia.
en fin... solo espero que algún dia esté mi novela allá...

saludos!

tony wilson dijo...

está bueno, yo me hago pasar por escritor. me encaro minas y mando cualquier nombre (como kaizer soze) uso nombres y data que presiento que no conocen. resito contratapas siempre garcho.
y tomo fernet. antes daban vino.
y si fuese escritor me chuparía un huevo la feria.

Andrea Marra dijo...

Ja! Muy bueno, Mairal.
Yo no voy. Entre la claustrofobia que me ataca por el amontonamiento de gente, más la furia de saberme muy bruta con tanto libro por leer... digamos que no me atrae mucho. Sé que voy a durar, con mucha suerte y paciencia, 15 minutos.
Saludos.

Ca dijo...

"ya no llego" jajajaj...

Peccata Minuta... dijo...

Tony si que sabe sacar provecho de la feria...yo que me conformo si logro no salir corriendo agobiada y con dolor de cabeza... Sin dudas si este a�o tomo coraje y voy, intentar� aprovechar mejor la situaci�n!!!
Saludos

marisa negri dijo...

tiene razón mairal, parece que todos los que hemos ido con la escuela tenemos sensaciones similares con respecto a la feria, aunque los últimos años trato de no perderme los cierres de los encuentros de narración oral que siempre son maravillosos

malena dijo...

Che yo también tenía a una Serrano que fumaba como una chimenea, era la de Cívica. Pero somos de otras generaciones, hace muy poco que tomamos fernet.