En octubre de 1967, cuatro días después de la muerte del Che, César Mermet se puso a escribir este largo poema, impresionado por la noticia y por la foto famosa, crística, del Che muerto con los ojos abiertos. No es un poema de vivas al Che. Es más bien un saludo de respeto de un poeta que siente la muerte de un hombre y su resurrección en mito.
"...y fuiste mostrado y saludado, como siniestro recién nacido enigma,
a incrédulos, reverentes, ansiosos acusadores, fieles;
quienes antes del tercer flash te negaron tres veces;
y preguntaron "quien es éste" y respondiste majestad de muerto,
siendo el que fue, cualquiera y todos..."
a incrédulos, reverentes, ansiosos acusadores, fieles;
quienes antes del tercer flash te negaron tres veces;
y preguntaron "quien es éste" y respondiste majestad de muerto,
siendo el que fue, cualquiera y todos..."
Acá el poema entero: Che captián, muerto, volando
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