31 de marzo de 2007
30 de marzo de 2007
27 de marzo de 2007
words words words traduce a Ted Hughes
Habíamos visto los murciélagos en las cuevas de Karlsbad
como un espeso hollín enmarañado en chimeneas
más grandes que una catedral... (SIGUE ACÁ)
como un espeso hollín enmarañado en chimeneas
más grandes que una catedral... (SIGUE ACÁ)
26 de marzo de 2007
Malba - Miércoles 28 de marzo
Nuevos rumbos e hipermedia
18:00. Hipermedia. De los suplementos al blog
¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en la elaboración del discurso literario y en los mecanismos de difusión periodística?
Mariana Enríquez, Guillermo Piro, Pedro Mairal, Gustavo Nielsen. Coordina: Maximiliano Tomas
19:30. De la literatura a otros discursos: tendencia de las nuevas revistas
Relación entre política, estética, literatura y otras artes en la crítica de la actualidad. Modos de intervención en la cultura.
Beatriz Sarlo: Punto de vista + Graciela Speranza: Otra parte + Nicolás Casullo: Confines + Daniel Samoilovich: Diario de poesía + María Pía López: El ojo mocho.
Malba - Av. Figueroa Alcorta 3415
18:00. Hipermedia. De los suplementos al blog
¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en la elaboración del discurso literario y en los mecanismos de difusión periodística?
Mariana Enríquez, Guillermo Piro, Pedro Mairal, Gustavo Nielsen. Coordina: Maximiliano Tomas
19:30. De la literatura a otros discursos: tendencia de las nuevas revistas
Relación entre política, estética, literatura y otras artes en la crítica de la actualidad. Modos de intervención en la cultura.
Beatriz Sarlo: Punto de vista + Graciela Speranza: Otra parte + Nicolás Casullo: Confines + Daniel Samoilovich: Diario de poesía + María Pía López: El ojo mocho.
Malba - Av. Figueroa Alcorta 3415
25 de marzo de 2007
You give me fever
No puedo creer lo que acabo de ver en tv. Esto es para Miguel U., que sigue en USA en plena ley seca (de sexo catódico). No salgo del asombro. La escena era así: está la Coca Sarli mirando unos caballos. Un peón trae un padrillo negro que se empieza a montar a una yegua. Primer plano del tremendo porongón entrándole a la yegua, los topetazos pélvicos del potro. Primer plano de la Coca que se chupa el dedo meñique con frenesí, y mira de reojo al hacendado. Un mucamo trae champagne. Se acumula la tensión equino-cinética, la turgencia sexual a punto de estallar, hasta que descorchan la botella en gran ejaculación de potro espumante, que ella bebe de su copa chorreándose el escote.
Después, la espuma da continuidad con la siguiente escena donde la Coca se toma un baño de espuma, tocándose, tratando de poner los ojitos en blanco, mirando el techo, y de fondo el sonido de los relinchos desesperados, los quejidos calenturientos del padrillo. Ella tocándose en la cama, atormentada por las imágenes de esa tarde, imaginando que corre por los prados envuelta en tul, corre por los dominios del padrillo, como llamándolo, y se tumba entre los pastos, se desnuda y arranca la hierba, la muerde, se la echa encima. Primer plano de la Coca sufriendo, primer plano de la poronga-madre del padrillo. Esto duró como media hora.
Sigue. Ella no aguanta más. Es una noche de tormenta. Los padrillos están alborotados en las caballerizas. La Coca va para allá con farol y un impermeable con capucha a lo Obi One Kenobi. Se ofrece al hacendado que está cuidando los caballos, se ofrece sobre el heno. Muerde el heno. Muerde la paja. Él se baja los lienzos, se le tira encima. Primer plano de su culo con marca de bronceado con eslip. Primer plano del padrillo dándole a la yegua. Corte a la mañana siguiente. Ella en la cama. Fue todo un sueño...
Esto es Armando Bo en su máximo esplendor .
24 de marzo de 2007
Otoño
La rosarina Lucila Belmonte manda esta foto, con el título Otoño. Me hace acordar a cuando mamá me hacía acompañarla a la baulera para buscar la ropa de abrigo y era como sacar el inverno de las valijas y las bolsas. A mí me parecía que no buscábamos la ropa de inverno porque empezaba a hacer frío, sino que empezaba a hacer frío porque buscábamos la ropa de invierno.
Adriana Battu
22 de marzo de 2007
21 de marzo de 2007
Taller de Guión de Cine y Tv
X Alejandra Bruno
Taller intensivo teórico / práctico.
Clases individuales o grupales, para principiantes y avanzados.
Clínica de proyectos.
Grupos reducidos.
Modalidad y duración: una vez por semana durante un cuatrimestre (con la opción de continuar en un nivel más avanzado).
Cuota x mes: $50 a grupos, $100 a particulares.
Consultar inicio de cursos y opciones de horarios vía mail o llamando al 4779-1193 o al 1555178910.
Alejandra Bruno - ref: docente de Guión de cine y tv en Ort, Cievyc, Teba, Image Campus; guionista de tv y consultora de proyectos.
Taller intensivo teórico / práctico.
Clases individuales o grupales, para principiantes y avanzados.
Clínica de proyectos.
Grupos reducidos.
Modalidad y duración: una vez por semana durante un cuatrimestre (con la opción de continuar en un nivel más avanzado).
Cuota x mes: $50 a grupos, $100 a particulares.
Consultar inicio de cursos y opciones de horarios vía mail o llamando al 4779-1193 o al 1555178910.
Alejandra Bruno - ref: docente de Guión de cine y tv en Ort, Cievyc, Teba, Image Campus; guionista de tv y consultora de proyectos.
19 de marzo de 2007
18 de marzo de 2007
Mellizos
Charles Bukowski
a veces sugería que yo era bastardo y le dije que escuchara
a Brahms, que aprendiera a pintar, a tomar, a no dejarse dominar
por las mujeres y la plata
pero me gritó, Por Dios acordardate de tu madre,
acordate de tu país,
vas a matarnos a todos!
me muevo por la casa de mi padre (de la que debía $8,000 después de 20
años en el mismo trabajo) y miro sus zapatos muertos
la manera en que sus pies arrugaron el cuero, como si estuviera
plantando rosas con bronca, y de hecho eso estaba haciendo,
y miro su cigarrillo muerto, su último cigarrillo
y la última cama donde durmió esa noche, y siento que debería volver a hacerla
pero no puedo, porque un padre es siempre tu amo aunque ya no esté,
supongo que estas cosas sucedieron una y otra vez pero no puedo dejar de pensar
morir en el suelo de la cocina a las 7 de la mañana
mientras otra gente hace huevos fritos
no es tan grave
salvo cuando te pasa a vos
salgo y arranco una naranja y pelo la cáscara brillante
las cosas siguen vivas: el pasto está creciendo bastante bien,
el sol rodeado por un satélite ruso deja caer sus rayos,
un perro ladra sin sentido en alguna parte, los vecinos espían detrás de las persianas.
soy un extraño acá, y siempre fui (supongo) un poco el comunista,
y no tengo duda que me describía bastante bien (nos peleábamos
como leones de montaña) y dicen que le dejó todo a una vieja
en Duarte pero me importa un carajo –se puede quedar con todo: él era mi viejo
y se murió.
adentro, me pruebo un saco celeste
mucho mejor que cualquier cosa que me haya puesto jamás
y hago flamear las mangas como un espantapájaro en el viento
pero no hay nada que hacer:
no lo puedo mantener vivo
no importa cuánto nos odiamos el uno al otro.
éramos idénticos, podríamos haber sido mellizos
el viejo y yo: eso decían.
dejó unos bulbos en la mampara
listos para plantar
mientras yo estaba acostado con una puta de la calle 3
muy bien. dennos un momento: parado delante del espejo
con el saco de mi padre muerto
esperando también yo
para morir
(traducción: p. mairal)
the twins
he hinted at times that I was a bastard and I told him to listen
to Brahms, and I told him to learn to paint and drink and not be
dominated by women and dollars
but he screamed at me, For Christ's Sake remember your mother,
remember your country,
you'll kill us all! . . .
I move through my father's house (on which he owed $8,000 after 20
years on the same job) and look at his dead shoes
the way his feet curled the leather, as if he was angrily planting roses,
and he was, and I look at his dead cigarette, his last cigarette
and the last bed he slept in that night, and I feel I should remake it
but I can't, for a father is always your master even when he's gone;
I guess these things have happened time and again but I can't help
thinking
to die on a kitchen floor at 7 o'clock in the morning
while other people are frying eggs
is not so rough
unless it happens to you.
I go outside and pick an orange and peel back the bright skin;
things are still living: the grass is growing quite well,
the sun sends down its rays circled by a Russian satellite,
a dog barks senselessly somewhere, the neighbors peek behind blinds.
I am a stranger here, and have been (I suppose) somewhat the rogue,
and I have no doubt he painted me quite well (the old boy and I
fought like mountain lions) and they say he left it all to some woman
in Duarte but I don't give a damn she can have it: he was my oldman
and he died.
inside, I try on a light blue suit
much better than anything I have ever worn
and flap the arms like a scarecrow in the wind
but it's no good:
I can't keep him alive
no matter how much we hated each other.
we looked exactly alike, we could have been twins
the old man and I: that's what they
said.
he had his bulbs on the screen
ready for planting
while I was lying with a whore from 3rd street.
very well. grant us this moment: standing before a mirror
in my dead father's suit
waiting also
to die.
a veces sugería que yo era bastardo y le dije que escuchara
a Brahms, que aprendiera a pintar, a tomar, a no dejarse dominar
por las mujeres y la plata
pero me gritó, Por Dios acordardate de tu madre,
acordate de tu país,
vas a matarnos a todos!
me muevo por la casa de mi padre (de la que debía $8,000 después de 20
años en el mismo trabajo) y miro sus zapatos muertos
la manera en que sus pies arrugaron el cuero, como si estuviera
plantando rosas con bronca, y de hecho eso estaba haciendo,
y miro su cigarrillo muerto, su último cigarrillo
y la última cama donde durmió esa noche, y siento que debería volver a hacerla
pero no puedo, porque un padre es siempre tu amo aunque ya no esté,
supongo que estas cosas sucedieron una y otra vez pero no puedo dejar de pensar
morir en el suelo de la cocina a las 7 de la mañana
mientras otra gente hace huevos fritos
no es tan grave
salvo cuando te pasa a vos
salgo y arranco una naranja y pelo la cáscara brillante
las cosas siguen vivas: el pasto está creciendo bastante bien,
el sol rodeado por un satélite ruso deja caer sus rayos,
un perro ladra sin sentido en alguna parte, los vecinos espían detrás de las persianas.
soy un extraño acá, y siempre fui (supongo) un poco el comunista,
y no tengo duda que me describía bastante bien (nos peleábamos
como leones de montaña) y dicen que le dejó todo a una vieja
en Duarte pero me importa un carajo –se puede quedar con todo: él era mi viejo
y se murió.
adentro, me pruebo un saco celeste
mucho mejor que cualquier cosa que me haya puesto jamás
y hago flamear las mangas como un espantapájaro en el viento
pero no hay nada que hacer:
no lo puedo mantener vivo
no importa cuánto nos odiamos el uno al otro.
éramos idénticos, podríamos haber sido mellizos
el viejo y yo: eso decían.
dejó unos bulbos en la mampara
listos para plantar
mientras yo estaba acostado con una puta de la calle 3
muy bien. dennos un momento: parado delante del espejo
con el saco de mi padre muerto
esperando también yo
para morir
(traducción: p. mairal)
the twins
he hinted at times that I was a bastard and I told him to listen
to Brahms, and I told him to learn to paint and drink and not be
dominated by women and dollars
but he screamed at me, For Christ's Sake remember your mother,
remember your country,
you'll kill us all! . . .
I move through my father's house (on which he owed $8,000 after 20
years on the same job) and look at his dead shoes
the way his feet curled the leather, as if he was angrily planting roses,
and he was, and I look at his dead cigarette, his last cigarette
and the last bed he slept in that night, and I feel I should remake it
but I can't, for a father is always your master even when he's gone;
I guess these things have happened time and again but I can't help
thinking
to die on a kitchen floor at 7 o'clock in the morning
while other people are frying eggs
is not so rough
unless it happens to you.
I go outside and pick an orange and peel back the bright skin;
things are still living: the grass is growing quite well,
the sun sends down its rays circled by a Russian satellite,
a dog barks senselessly somewhere, the neighbors peek behind blinds.
I am a stranger here, and have been (I suppose) somewhat the rogue,
and I have no doubt he painted me quite well (the old boy and I
fought like mountain lions) and they say he left it all to some woman
in Duarte but I don't give a damn she can have it: he was my oldman
and he died.
inside, I try on a light blue suit
much better than anything I have ever worn
and flap the arms like a scarecrow in the wind
but it's no good:
I can't keep him alive
no matter how much we hated each other.
we looked exactly alike, we could have been twins
the old man and I: that's what they
said.
he had his bulbs on the screen
ready for planting
while I was lying with a whore from 3rd street.
very well. grant us this moment: standing before a mirror
in my dead father's suit
waiting also
to die.
Capítulo I de "Chamamé", de Leonardo Oyola
(Editorial Salto de Página, Madrid, 2007)
NUNCA EMPIEZAN.
Explotan.
De una.
Así son mis sueños.
No sé lo que es dormir tranquilo.
No sé lo que es descansar si no me tumba una botella de J&B.
Y desde la mejicaneada del Pastor Noé, cada vez que cierro los ojos, se repite el mismo.
Una y otra vez.
O más o menos.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Así es en mi sueño.
Primero las palmas de las manos pegadas.
Como si estuviera rezando.
Después las separo para abrir una cortina de eslabones que tintinean al moverlos.
Entro al Mogambo.
Al último cabaret de Misiones.
El último kilombo del país antes de cruzar la frontera con Brasil.
Entro a un infierno, no el infierno, y me encanta arder.
Prenderme fuego mientras salameo con las más veteranas.
Azucena, Samantha y Claudia.
Hacer que sientan el calor, mi calor, también las más pendejas.
La Eli, la Romina, la rubia Jesica y la Monika con K.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
“Las chicas”.
Menos la Romi, las demás se me tiran encima para ver con cuál me voy a ir a la pieza.
Y sé muy bien que me/nos buscan en patota, para que entre tanta franela, Samantha o la Eli, que son madre e hija y que son las que saben, te metan mano sin que las sientas, para birlarte la billetera.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Esa canción que ya tiene sus años.
Y aún así me hace mover.
Corte que nunca puede ser rocanrol las 24 horas, Guns ‘N Roses.
Y muestro la hilacha, sí, con el one hit wonder de Corona.
Te caga a tiros, así nomás, el “…this is the rythm of the night, of the night, oh yeah! the rythm of the night... this is the rythm of my life, my life, oh yeah! The rythm of my life...”.
El ritmo de la noche que marca la voz de esa negra.
Un pulso al que se le hace caso sí o sí.
Y yo, no me puedo resistir.
Ni a la canción.
Ni a la Jesica.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
El resto de las trolas se enojan porque me voy con la rubia.
Protestando, preguntan ¿por qué siempre a la Jesica?
Y yo sonrío y me callo que la concha de la Azucena, además de estar cada vez más seca, huele a mango.
Que la Claudia es peor que ver a China Zorrilla fingir un orgasmo.
Que la Monika con K tiene una espalda más ancha que la mía.
Que Romina no para de llorar cada vez que le intentas poner una mano, que te pide ayuda para volver con su familia.
Y que Samantha y la Eli, antes que putas, son pungas.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Ese verso de la canción.
Esa frase que alcanzo a traducir.
Más allá de que mi inglés arranque con “where is the cat?” y termine con “the cat is under the table”.
Entiendo muy bien esa frase.
Esa puta frase.
“¿No querés que te enseñe como aprender a amar?”, pregunta Corona y sonríe la Jesica, señalándome el catre con el mosquitero encima.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
Las ganas que tengo de dejarla desnuda.
De arrancarle la minifalda y el top.
De ver cuánto más pueden aguantar sobre su piel el corpiño y la tanga.
Jesica es rubia como su tocaya, la Lange, la actriz de cine.
La mina por la que King Kong cagaba fuego.
Mi viejo me había llevado al cine a ver la película del mono tremendo.
Cuando terminó la proyección, con el Rey Kong muerto después de haberse bancado el tableteo de helicópteros de combate, papá me dijo, y nunca lo voy a olvidar: “Manuel, aprendé muy bien lo que vale una rubia”.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Mi ira.
Mi furia.
Cuando descubro que en la barra está tomando una ginebra el Pastor Noé.
A veces le hago mierda la sabiola desde donde estoy.
Otras me acerco hasta apoyarle el caño en la nuca, que sus ojos y los míos se encuentren en el espejo y ahí recién gatillo.
Y por lo menos una vez, lo palmeé en un hombro, saludándolo con un “¿Qué hacés, sorete?”.
Me senté al lado, y antes de que abriera la jeta, le puse el corchazo en la frente.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
Cuando todo es al revés.
Cuando el que termina con una bala en la cabeza… soy yo.
Antes, me la cojo bien a la rubia, eso sí.
Le garpo y en pelotas me voy a tomar algo a la barra.
A veces es un Tequila Sunrise.
Más son los Bloody Mary, bajo una luna de Cherry, pero sin Prince.
A veces llego a escuchar el ruido del disparo… y veo los vidrios del espejo caer en cascada sin alcanzar a reflejarme mientras yo también me voy para abajo.
Esa es otra canción.
I’m going under
Drowning in you
I’m falling forever
Todo en cámara lenta…
Otras veces, llega el Pastor a apoyarme la punta del Hermano Fal o el filo del Pastor Jiménez en el cuello.
Después veo cómo todo se tiñe del rojo de mi sangre.
Profunda la herida mortal.
Profundo el rojo.
Y por lo menos una vez, Noé se sentó a mi lado, nos miramos los dos en el espejo, y ahí el Pastor me confesó que Dios le hablaba como lo había hecho con Abraham, Isaías y Moisés.
Porque... This is the rythm of the night.
And this is the rythm of my life.
Oh, yeah!
The rythm of the night...
Entonces explota el espejo.
Y los dos nos sacudimos hacia atrás.
Explotan también las putas.
De a una.
Azucena, la Claudia, Romina, la Mónika con K y la rubia.
Solo Samantha y la Eli revientan al mismo tiempo.
No quedan ni los taco aguja.
También explota el Mogambo.
Explota Misiones.
Explota el país.
Explota el mundo.
Explota la luna.
Explota el sol.
Explota Noé.
Exploto yo.
Y me despierto, empapado en mi transpiración.
Y lo que más me rompe soberanamente las pelotas, es que esto solo haya sido un sueño…
Un sueño que…
Nunca empieza.
Explota.
De una.
NUNCA EMPIEZAN.
Explotan.
De una.
Así son mis sueños.
No sé lo que es dormir tranquilo.
No sé lo que es descansar si no me tumba una botella de J&B.
Y desde la mejicaneada del Pastor Noé, cada vez que cierro los ojos, se repite el mismo.
Una y otra vez.
O más o menos.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Así es en mi sueño.
Primero las palmas de las manos pegadas.
Como si estuviera rezando.
Después las separo para abrir una cortina de eslabones que tintinean al moverlos.
Entro al Mogambo.
Al último cabaret de Misiones.
El último kilombo del país antes de cruzar la frontera con Brasil.
Entro a un infierno, no el infierno, y me encanta arder.
Prenderme fuego mientras salameo con las más veteranas.
Azucena, Samantha y Claudia.
Hacer que sientan el calor, mi calor, también las más pendejas.
La Eli, la Romina, la rubia Jesica y la Monika con K.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
“Las chicas”.
Menos la Romi, las demás se me tiran encima para ver con cuál me voy a ir a la pieza.
Y sé muy bien que me/nos buscan en patota, para que entre tanta franela, Samantha o la Eli, que son madre e hija y que son las que saben, te metan mano sin que las sientas, para birlarte la billetera.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Esa canción que ya tiene sus años.
Y aún así me hace mover.
Corte que nunca puede ser rocanrol las 24 horas, Guns ‘N Roses.
Y muestro la hilacha, sí, con el one hit wonder de Corona.
Te caga a tiros, así nomás, el “…this is the rythm of the night, of the night, oh yeah! the rythm of the night... this is the rythm of my life, my life, oh yeah! The rythm of my life...”.
El ritmo de la noche que marca la voz de esa negra.
Un pulso al que se le hace caso sí o sí.
Y yo, no me puedo resistir.
Ni a la canción.
Ni a la Jesica.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
El resto de las trolas se enojan porque me voy con la rubia.
Protestando, preguntan ¿por qué siempre a la Jesica?
Y yo sonrío y me callo que la concha de la Azucena, además de estar cada vez más seca, huele a mango.
Que la Claudia es peor que ver a China Zorrilla fingir un orgasmo.
Que la Monika con K tiene una espalda más ancha que la mía.
Que Romina no para de llorar cada vez que le intentas poner una mano, que te pide ayuda para volver con su familia.
Y que Samantha y la Eli, antes que putas, son pungas.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Ese verso de la canción.
Esa frase que alcanzo a traducir.
Más allá de que mi inglés arranque con “where is the cat?” y termine con “the cat is under the table”.
Entiendo muy bien esa frase.
Esa puta frase.
“¿No querés que te enseñe como aprender a amar?”, pregunta Corona y sonríe la Jesica, señalándome el catre con el mosquitero encima.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
Las ganas que tengo de dejarla desnuda.
De arrancarle la minifalda y el top.
De ver cuánto más pueden aguantar sobre su piel el corpiño y la tanga.
Jesica es rubia como su tocaya, la Lange, la actriz de cine.
La mina por la que King Kong cagaba fuego.
Mi viejo me había llevado al cine a ver la película del mono tremendo.
Cuando terminó la proyección, con el Rey Kong muerto después de haberse bancado el tableteo de helicópteros de combate, papá me dijo, y nunca lo voy a olvidar: “Manuel, aprendé muy bien lo que vale una rubia”.
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Mi ira.
Mi furia.
Cuando descubro que en la barra está tomando una ginebra el Pastor Noé.
A veces le hago mierda la sabiola desde donde estoy.
Otras me acerco hasta apoyarle el caño en la nuca, que sus ojos y los míos se encuentren en el espejo y ahí recién gatillo.
Y por lo menos una vez, lo palmeé en un hombro, saludándolo con un “¿Qué hacés, sorete?”.
Me senté al lado, y antes de que abriera la jeta, le puse el corchazo en la frente.
Nunca empiezan.
Explotan.
De una.
Cuando todo es al revés.
Cuando el que termina con una bala en la cabeza… soy yo.
Antes, me la cojo bien a la rubia, eso sí.
Le garpo y en pelotas me voy a tomar algo a la barra.
A veces es un Tequila Sunrise.
Más son los Bloody Mary, bajo una luna de Cherry, pero sin Prince.
A veces llego a escuchar el ruido del disparo… y veo los vidrios del espejo caer en cascada sin alcanzar a reflejarme mientras yo también me voy para abajo.
Esa es otra canción.
I’m going under
Drowning in you
I’m falling forever
Todo en cámara lenta…
Otras veces, llega el Pastor a apoyarme la punta del Hermano Fal o el filo del Pastor Jiménez en el cuello.
Después veo cómo todo se tiñe del rojo de mi sangre.
Profunda la herida mortal.
Profundo el rojo.
Y por lo menos una vez, Noé se sentó a mi lado, nos miramos los dos en el espejo, y ahí el Pastor me confesó que Dios le hablaba como lo había hecho con Abraham, Isaías y Moisés.
Porque... This is the rythm of the night.
And this is the rythm of my life.
Oh, yeah!
The rythm of the night...
Entonces explota el espejo.
Y los dos nos sacudimos hacia atrás.
Explotan también las putas.
De a una.
Azucena, la Claudia, Romina, la Mónika con K y la rubia.
Solo Samantha y la Eli revientan al mismo tiempo.
No quedan ni los taco aguja.
También explota el Mogambo.
Explota Misiones.
Explota el país.
Explota el mundo.
Explota la luna.
Explota el sol.
Explota Noé.
Exploto yo.
Y me despierto, empapado en mi transpiración.
Y lo que más me rompe soberanamente las pelotas, es que esto solo haya sido un sueño…
Un sueño que…
Nunca empieza.
Explota.
De una.
Aqui na terra 'tão jogando futebol
Meu caro amigo (Francis Hime - Chico Buarque, 1976) [traducción Daniel Viglietti]
Querido amigo: Perdóname, por favor,/ si no te hago una visita,/ mas como ahora aparece un portador /mando noticias en la cinta. /Aquí en la tierra están jugando y gritan “gol”,/ hay mucho samba, mucho choro y rock’n’roll,/ a veces llueve y otros días brilla el sol /mas yo quiero decirte que la cosa aquí está negra.// Que es dura piedra de llevar la situación /que todos van llevando con tesón porfiadamente, /que todos van bebiendo, pues también sin aguardiente /no hay quien aguante la cuestión.// Querido amigo, no pretendo provocar / ni atizar tus añoranzas, /pero me ocurre que ya no puedo evitar /darte noticias sin tardanza. // Mucha pirueta al ir buscando el ganapán / y todos van buscando con ardor y con desgarro/ y la gente va fumando, pues también sin un cigarro/no hay quien aguante la cuestión.// Querido amigo, te quise telefonear/ mas la tarifa no hace gracia./Ando afligido porque te quiero dejar / al corriente de lo que pasa.// Haciendo muecas al tragar el chaparrón/ y todos van tragando cada sapo en el camino/ y la gente se va amando, pues también sin un cariño/no hay quien aguante la cuestión.// Querido amigo, yo te quería escribir/ pero el correo andaba arisco./ Si me permiten trataré de remitir/ noticias frescas en el disco.// La Marieta manda un beso para vos,/ un beso a la familia, a Cecilia y a los niños,/ y Francis aprovecha y también manda cariños,/ a todos por igual./ Adiós.
Querido amigo: Perdóname, por favor,/ si no te hago una visita,/ mas como ahora aparece un portador /mando noticias en la cinta. /Aquí en la tierra están jugando y gritan “gol”,/ hay mucho samba, mucho choro y rock’n’roll,/ a veces llueve y otros días brilla el sol /mas yo quiero decirte que la cosa aquí está negra.// Que es dura piedra de llevar la situación /que todos van llevando con tesón porfiadamente, /que todos van bebiendo, pues también sin aguardiente /no hay quien aguante la cuestión.// Querido amigo, no pretendo provocar / ni atizar tus añoranzas, /pero me ocurre que ya no puedo evitar /darte noticias sin tardanza. // Mucha pirueta al ir buscando el ganapán / y todos van buscando con ardor y con desgarro/ y la gente va fumando, pues también sin un cigarro/no hay quien aguante la cuestión.// Querido amigo, te quise telefonear/ mas la tarifa no hace gracia./Ando afligido porque te quiero dejar / al corriente de lo que pasa.// Haciendo muecas al tragar el chaparrón/ y todos van tragando cada sapo en el camino/ y la gente se va amando, pues también sin un cariño/no hay quien aguante la cuestión.// Querido amigo, yo te quería escribir/ pero el correo andaba arisco./ Si me permiten trataré de remitir/ noticias frescas en el disco.// La Marieta manda un beso para vos,/ un beso a la familia, a Cecilia y a los niños,/ y Francis aprovecha y también manda cariños,/ a todos por igual./ Adiós.
15 de marzo de 2007
Walt Whitman is dead, Walt Disney is frozen
por Miguel U.
Adriana Battu y Mairal ya se volvieron y soy el único del staff de este blog que quedó en Wisconsin. Me paso casi todo el día sin hablar. Sólo digo "concha de la lora" cuando la alfombra me hace dar estática. La gente acá no hace contacto visual. Estoy como metido en escenas descartadas de la película Fargo. Pido una hamburguesa y me preguntan de cuántas libras (de peso) la quiero, me preguntan mi nombre y al rato me llaman por altoparlante: "Migüel, Migüel, your food is ready". Ayer hubo dos horas de sol y los estudiantes salieron en remera, estaban azules de frío pero llenaron la calle principal como si fuese verano.
En la tele no enganchás ni media teta ni un culo de casualidad. Y eso que desde la adolescencia desarrollé un instinto muy fuerte para encontrar sexo en pocos segundos con el control remoto. Pero nada. No hay minas sexys en la tele. No hay secretarias de Sofovich, ni vedetrolas promocionando Carlos Paz, ni culos bailanteros en sábados tropicales. Esto es más triste que la tevé argenta anterior a Función Privada. Hay un hipercontrol que asusta.
Incluso cuando en MTV un cantante dice "fuck", no solo le bipean el sonido sino que le digitalizan la boca. ¿Será para que no etiendan los sordos lectores de labios? Y a eso de la una de la mañana, un canal pasa diapos con las caras de los delincuentes buscados y su curriculum de choreo. Ej: "John Smith, visto por última vez con un joggin gris y una gorra verde, asaltó un banco en Madison con un cuchillo de combate". Esos micro relatos ilustrados mayormente con caripelas hispanas y afro me arrullan hasta que me duermo. Mañana, de desayuno: bacon, waffles y french toast. Estoy engordando.
14 de marzo de 2007
Chacarera
por Marcos López
Los violines de la chacarera santiagueña suenan siempre un poco desafinados.
A propósito.
Para que la música suene bien en el volumen saturado de las radios de los camioneros, en las radios con poca pila de los ranchos del monte,
en los bailes de clubes-cancha de básquet-tinglado de zinc.
Para darle una textura acorde al calor salvaje de las siestas, a los manteles pegoteados de los bares de ruta vino tinto-ginebra-caña Legui.
A los zapatos viejos, ajados y relustrados de las maestras que ganan dos pesos y esperan el colectivo en la puerta de esos mismos bares.
A sus medias de nylon-hebillas-pulseras que hacen juego.
Suenan un poco desafinados porque sí.
Para convocar a las iguanas y a los duendes.
Porque las cuerdas son baratas.
Por no saber tocar mejor.
Por tener vagancia de afinar si total para que.
Para que la música se impregne del resentimiento y el orgullo que conviven en el mestizaje.
Para acompañar a los borrachos que cantan a destiempo.
Para ser coherentes con el desaliño de la periferia.
Para mostrar la hilacha.
Para matizar con un poco de humor tantas ausencias y tanto dolor.
Los violines de la chacarera santiagueña suenan siempre un poco desafinados.
A propósito.
Para que la música suene bien en el volumen saturado de las radios de los camioneros, en las radios con poca pila de los ranchos del monte,
en los bailes de clubes-cancha de básquet-tinglado de zinc.
Para darle una textura acorde al calor salvaje de las siestas, a los manteles pegoteados de los bares de ruta vino tinto-ginebra-caña Legui.
A los zapatos viejos, ajados y relustrados de las maestras que ganan dos pesos y esperan el colectivo en la puerta de esos mismos bares.
A sus medias de nylon-hebillas-pulseras que hacen juego.
Suenan un poco desafinados porque sí.
Para convocar a las iguanas y a los duendes.
Porque las cuerdas son baratas.
Por no saber tocar mejor.
Por tener vagancia de afinar si total para que.
Para que la música se impregne del resentimiento y el orgullo que conviven en el mestizaje.
Para acompañar a los borrachos que cantan a destiempo.
Para ser coherentes con el desaliño de la periferia.
Para mostrar la hilacha.
Para matizar con un poco de humor tantas ausencias y tanto dolor.
13 de marzo de 2007
11 de marzo de 2007
10 de marzo de 2007
Lois Lane falls of "next" bus
por Rodrigo (Fideos con manteca)
Yo era Rodrigo mirándolo a Superman y a Lois Lane no más, envuelto en una frazadita de esas que te dan de pibe, por no querer salir en invierno, para no gastar tanta plata en Ramos Mejía en un boliche donde todos se sienten putitamente electrónicos. Yo era soledad de línea 53 a la deriva, rumbo a José C. Paz, madrugada. Yo era de noche luz de tele y Superman volaba pistolita entre los edificios de New York hasta meterse agujereando una vereda en la cueva de Lex Luthor, donde ya lo esperaban con una sonrisita irónica y una rubia tetona, Eve Teschmacher, que serviría para hacerlo más lindo. Pasa por un túnel metálico lleno de ametralladoras y no lo pueden parar, le tiran fuego y no lo pueden parar, le ponen serpientes y escorpiones en el piso y no lo pueden parar: es Superman, que siempre está presentándose, Superman, llegándose a la puerta de Lex Luthor, Superman, deformando el acero a pleno pecho para tirarla abajo. Una panza de rulos mala, de esas que quieren hot dogs y base ball, mira asombrado y dice “he is coming mister Luthor” y se aparta de la puerta. Yo era fernet en la remera, caspa, fideos y manteca y yo era cabeceo, y me acuerdo: Can you read my mind, le decía Lois Lane cuando flotaban por la estatua de la Libertad, You and I/ You belog to the sky/ I'm the one to fly to/ Here I am/Read my mind, y miraba la minita. Superman va a ella como un barco a un puerto y me ponen un iceberg en el alma; dedos reclamando poder, originalidad y más pretensiones para revolverlos hermosos; los dos están tan para un museo que los bajaría a tiros. Yo no puedo ni levantar los ojos para verme el estómago zafándose por los cortos y a la guacha pop diciéndome que hello I am Lois y esa cosa es mía, que esa cosa es mía, que esa cosa es mía; perá y perá, yo ahora no tengo fiebre, no tengo cáncer, no tengo tuberculosis, no tengo mononucleosis, y te digo que lo de nosotros no tiene caso, call me later, que no, no, no y cambio de canal y te digo Next, Next, chiquita, Next.
8 de marzo de 2007
Tesoros Nacionales
En la biblioteca de la Universidad de Madison Wisconsin preguntamos por libros de la editorial Eloísa Cartonera. Buscan en la computadora. Sí, hay (está casi todo el catálogo). Están clasificados bajo "special collection", es decir, con los libros y manuscritos del 1600, en un lugar especial con temperatura y humedad regulada. Te los dan, pero hay que abrirlos sobre un terciopelo, y no se pueden fotocopiar.
5 de marzo de 2007
Llegada de un jaguar a la tranquera
Desde que el staff del Sr. de Abajo llegó a USA, no paró de oír gente hablando en castellano. Primero las azafatas de American Airlines, bastante bien. Después el negro de la aduana, que claramente no era hispano, dispersaba a la gente por las distintas filas, arengaba en inglés, movilizaba con los brazos y al final, harto, gritó “Rápidou!” con muchas erres y para que lo entendiéramos. A la noche, en Chicago la dueña del bar le daba indicaciones a un mozo “Jousé (José) limpia por fabour bajo aqueia mesa, somebody spilled ketchup”. En otro bar sonaba Celia Cruz cantando los versos de Martí “…para el amigo sicero que me da su mano franca…”. Y una cajera: “Where are you from? Argentina. Ah, yo soy Colombiana”. Y la mucama del hotel, con un ojo blanco y ciego, y…. (la lista sigue).
Casi podríamos haber venido hablando castellano todo el camino y seguir hablando castellano acá y hacernos entender. En Miami ya parece la primera lengua. En Chicago, no tanto, pero se oye bastante. Se hace evidente el poder expansivo del castellano. Algunos americanos podrán resistirse, como ese juez que acusó de abusadora a la niñera por hablarle en castellano a su hija y "condenarla así a ser mucama de por vida". Pero la mano que mece la cuna gobierna el mundo. Dentro de dos generaciones Estados Unidos va a ser bilingüe. No cabe duda. Algo avanza lentamente. A pesar del frío polar que parece querer empujar las vocales castizas de vuelta al sur. Algo avanza, se mete en la vida, en los rincones, en el sueño de las anglo-conciencias. Hace unas semanas un jaguar se comió a su cuidadora en un zoológico de Denver. El jaguar se llamaba Jorge.
4 de marzo de 2007
Mr. Down Stairs in Chicago 1
El Sr. de Abajo se asoma a la ventana en su hotel de Chicago y ve esto que está arriba y muy lindo, muy lindo, pero se queda adentro un rato más a trabajar porque afuera los linyeras tienen estalactitas de hielo en los sobacos.
Bs As - Chicago, puerta a puerta, 24 hs. Con retrasos de vuelos y pérdida de la conexión en Miami. Gente durmiendo en el piso del aeropuerto, donde las cubanas empleadas de los barcitos dicen: "What can I get you, sir? Ehhh... that sandwich, please. Alguna otra cosa, niño?" Así directas en castellano y hermosas.
Y los gringos viviendo entre todo eso. Vikingos rapados hablando por celular. Esos gringos que uno ya vio en la tele pero que a la vez no pasaron por el filtro narrativo de la tele. Es decir, gente que no es ni famosa, ni víctima, ni público, ni testigo, ni blooper... Hablan con sus familiares de cuánto va a demorar el avión: Tell dad Ill probably get home after bed time.
Todos somos vigilados, chequeados, escaneados, interrogados... Hace años el gobierno de Estados Unidos se puso a buscar armas de destrucción masiva. Por ahora lo más peligroso que encontraron fueron tijeritas y alicates en el equipaje de los turistas.
(continuará..)
2 de marzo de 2007
Diálogos
I
Los amantes hablan en una mesa del bar. Él parece estar harto, mirando para el costado. Ella volcada, inclinada hacia adelante, le dice:
-Entendeme: lo que quiero saber es, en esta relación, dónde estoy parada.
Él resopla, la mira y le dice:
-Nena, vos no estás parada, estás acostada.
II
Otro bar, otra pareja. Él, con el saco medio raído, le dice con gesto de apretarle las tetas en el aire:
-Decime, la verdad, ¿él te agarra como te agarraba yo por atrás en la cocina?
Ella larga el humo y le dice:
-No...
-Ah, viste!
- ...pero me agarra en el jacuzzi, en el yate, en la casa del country...
Los amantes hablan en una mesa del bar. Él parece estar harto, mirando para el costado. Ella volcada, inclinada hacia adelante, le dice:
-Entendeme: lo que quiero saber es, en esta relación, dónde estoy parada.
Él resopla, la mira y le dice:
-Nena, vos no estás parada, estás acostada.
II
Otro bar, otra pareja. Él, con el saco medio raído, le dice con gesto de apretarle las tetas en el aire:
-Decime, la verdad, ¿él te agarra como te agarraba yo por atrás en la cocina?
Ella larga el humo y le dice:
-No...
-Ah, viste!
- ...pero me agarra en el jacuzzi, en el yate, en la casa del country...
Kein Messer ohne Rose
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