(gracias Martín Wilson por traducir esto al inglés)
Pedro Mairal
I have always been obsessed with the famous goal Maradona scored against England. I never get tired of watching it over and over again. There, Diego turns like a little eel, he turns away from trouble, little squat man , like an Amazon hunter, dodging plants, jumping mats, intrudes, getting through the hole of European tempo. Cheeky, runs like a child. He is a wity wily and his rivals try to stop him like outraged adults. Maradona runs like an outlaw, avoiding the moral righteousness of the northern hemisphere. He drains through, he filters and yet often he doesnt touch the ball, he lets her go, he releases her till getting her safe to the net. He passes the ball to himself, to the same self he´ll find forward, more ahead jumping over the defender after dribbling, the change of pace. Our hero rushes, falls, and the arquitects of the fair play cathedral have no more remedy than to bring him down. But he is like a rascal that robbed, takes his booty away and keeps on the run. The brits seem in plaster, playing at some other game, as if the rules of the sport they once invented have suddenly been changed. They can´t understand nor foresee latin individualism; Maradona never passes the ball to Valdano, the companion next to him. It all takes 9 seconds. He scores. he even eludes the cameraman. Not even his teammates can reach and hug him.
***
( Siempre me obsesionó el famoso gol de Maradona a los ingleses. No me canso de verlo una y otra vez porque Maradona corre ahí como un cazador amazónico, esquivando plantas, saltando matas, se inmiscuye, se cuela por el tiempo europeo (el tempo, el timming). Pícaro, corre como un chico, es un chico y los rivales lo marcan como adultos indignados. Maradona corre como fuera de la ley, eludiendo la rectitud moral del hemisferio norte, se escurre, se filtra, y a la vez no toca muchas veces la pelota, la deja ir, la libera hasta ponerla a salvo en el arco. Se la va pasando a sí mismo, al sí mismo que va a estar más allá, más adelante después de saltar al defensor, después del sobrepique, del cambio de ritmo. Se precipita, se cae, y a los cultores del fair play no les queda más remedio que faulearlo, pero como es un chico que se la robó, se la lleva y se la sigue llevando. Los ingleses parecen enyesados, parecen estar jugando a otra cosa, como si de repente les cambiaran las reglas de ese deporte inventado por ellos mismos. No entienden ni preven el individualismo latino; Maradona nunca se la pasa a Valdano, el compañero que tiene al lado. Todo dura 9 segundos. Mete el gol. Elude hasta al camarógrafo. No lo pueden alcanzar ni los compañeros de equipo para abrazarlo.)