22 de julio de 2008

Fiebre negra


Mi amigo Miguel Rosenzvit, gran goleador de fútbol 5, saca esta novela en Planeta. La contratapa dice:

"Joaquín, hijo liberto de madre esclava, y Valeria, hija blanca de los amos, nacen el mismo día de 1820, en la misma casa de una Buenos Aires cuya población negra supera el 30 por ciento. A través de un vínculo inevitable, deseado e imposible, se vislumbran las preguntas por ese dato demográfico que suele barrerse bajo la alfombra. ¿Qué significaba ser liberto? ¿Los negros murieron en la guerra? ¿Murieron en las pestes? ¿Se mezclaron? ¿Realmente se extinguieron?

La novela de Miguel Rosenzvit se planta en una zona brumosa, en el intento de buscar respuestas a estas preguntas. Va y viene entre el 1800 de la historia de amor y aventura, de guerra y carnaval, de peste y genocidio, y la actualidad de una joven antropóloga que lleva adelante su pesquisa en pleno siglo XXI, y que poco a poco se hallará oscuramente atada a sus descubrimientos. Y en las dos puntas de este ovillo, asombrosas revelaciones sobre el apocalíptico febrero de 1871, cuando la epidemia de fiebre amarilla asoló la ciudad.

Un libro narrado con un ritmo atrapante, preciso y sin concesiones, que logra introducir de manera original la descripción de una época encarnada en personajes que se debaten entre la pura ficción de sus días y la aplastante contundencia de la Historia".

21 de julio de 2008

Pequeños momentos de mi vida

por miguel u

La otra noche en una fiesta de disfraces -a la que fui de Lennon aunque me creyeron Lerner (me terminaron bautizando John Lerner)- había un Meteoro perfecto: casco blanco con la M, pañuelito rojo, remera azul… todo. Me acerqué y le dije: “Siempre quise saludar al ídolo de mi infancia”. Me dio la mano con sus guantes amarillos. Más tarde, con presencia de alcohol en sangre y música muy fuerte, me acerqué otra vez a Meteoro, que estaba ya sin casco y con el pelo atado en una colita que le llegaba a la mitad de la espalda. Le dije: “Meteoro, el enmascarado es tu hermano”. Y el piloto heroico de mis horas de la tarde bajó el vaso de cerveza y sin mirarme me dijo: “Ya fue, ya fue”.

16 de julio de 2008

Fabián Casas lee "El spleen de Boedo"


Esta lectura fue el 27 de junio en el ciclo "La manzana en el gusano". Casas leyó algunos poemas de Spleen.

11 de julio de 2008

Mehr als Bücher | Más que libros. Antología de Literatura Cartonera 2009

Mehr als Bücher Más que libros. Antología de Literatura Cartonera
Berlin: Papper LaPapp, 2009
Edición a cargo de Ausias Navarro Millet.
Selección de Textos: alumnos de dos escuelas berlinesas.




Un prólogo

Timo Berger
Se trataba de mucho más que libros. Sin embargo, nadie habría imaginado aquella tarde de otoño del 2003 que un simple bricolaje en una biblioteca de Buenos Aires sería el inicio de una fructífera redcontinental de editoriales.
El escritor argentino Washington Cucurto me llamó aquella tarde para decirme que tenía que ir a la “Casa de la Poesía”. No me explicó porqué. Sólo añadió: ¡Vamos a crear “algo nuevo”!
En la Calle Honduras, un vial del barrio de Palermo, se encuentra la antigua Villa del poeta Evaristo Carriego, que albergaba una biblioteca de poesía donde Cucurto por aquel entonces trabajaba.
En el patio estaba el escritor y pintor Javier Barilaro, junto a la primera tapa pintada de un libro de Eloísa Cartonera. Con témperas de colores transcribía el título y el nombre del autor en el cartón marrón, invitándome a participar.
Si fue un acto visionario o nacido de la necesidad, otros deben decidirlo. En cualquier caso, Argentina no había superado todavía las graves secuelas de la crisis económica y monetaria del 2001/2001. Para las jóvenes autoras y autores resultaba muy difícil encontrar una editorial donde publicar sus textos; por el contrario, los libros eran despreciados, debido a precios prohibitivos para la mayoría, con el peso argentino cada vez más devaluado.
Miles de argentinos perdieron su trabajo. A muchos de ellos no les quedó otra alternativa que salir a la calle cada noche con el carro y toda la familia, para revolver en la basura en busca de chatarra, botellas, así como cartón y papel para luego venderlo.
La simple pero genial idea de Cucurto y Barilaro continúa usando hoy en día el cartón reciclado comprado a cartoneros como la materia prima para realizar los libros.
Uno a uno los libros son coloreados y encuadernados a mano, lo que hace que cada ejemplar sea único. El libro, un valioso bien cultural, es reducido a lo esencial: la tapa con el pliego de cartón, cortada y pintada, el cuerpo del libro fotocopiado con hojas DIN A4 por ambos lados, dobladas por la mitad, grapadas o cosidas y, por último, pegadas en el anverso de las tapas.
Sin embargo, un libro cartonero es mucho más que eso: es económico y pasa de mano a mano, porque es algo precioso, un pequeño regalo, con una historia individual y que además incluye una historia que quiere ser leída. Es el resultado de un trabajo colectivo, por un grupo de personas que juntas deciden qué editar, cómo diseñar los librosy de qué manera quieren organizar el trabajo.
Es verdad, no siempre lo que se publica es alta literatura, en todo caso es algo emergente y necesario. Pero Eloísa Cartonera es más que libros: es un proyecto social y un punto de encuentro de personas de todas clases y de todo el mundo. Así, algunos cartoneros que traen cartón se quedan para juntarse al proyecto, aprendiendo, en una editorial gestionada por ellos mismos, a producir, imprimir y vender los libros.
A través de lectores y autores extranjeros que visitan el taller de Eloísa Cartonera “No hay cuchillo sin rosa”, este modelo editorial se difunde en otros países. Cualquiera puede copiar el concepto y adaptarlo a las circunstancias locales. De esta forma, han aparecido editoriales cartoneras en diferentes países latinoamericanos: Sarita Cartonera en Lima, Perú; Yerba Mala en El Alto, Bolivia; Yiyi Yambo en Asunción, Paraguay; Dulcinéia Catadora en São Paulo, Brasil, por nombrar sólo algunas.
A pesar de que tienen distintos procesos de elaboración y diseño para los libros, algunas cosen las hojas como en una encuadernación clásica, otras pintan las tapas con spray sobre plantillas, otras escriben las historias y poemas a mano; todas ellas comparten algo: la idea de un proyecto colectivo. Cualquiera puede colaborar. En muchos talleres en bibliotecas, escuelas, ferias de libro y encuentros de arte los cartoneros, como ellos a sí mismos se llaman, han difundido sus habilidades artísticas y técnicas editoriales.
La presente antología, “Mehr als Bücher”, es un buen ejemplo de ello, fruto de dos talleres de edición coordinados por Cucurto y María Gómez en los que han participado, además de artistas y escritores, los alumnos y profesores de Friedensburg-Oberschule y Kurt Schwitters-Oberschule. Han sido los propios alumnos los que han seleccionado los textos y diseñado las tapas, acompañando todo el proceso de edición del libro. Al final, esta antología recoge poemas y cuentos de 19 autoras y autores de América Latina, vinculados a diferentes editoriales cartoneras.
Hay muchos libros cartoneros, ahora, después de seis años; sin embargo, todavía son necesarios muchos más. Este libro, el primero de la recién creada editorial cartonera PapperLapPapp, es un pequeño homenaje a todos los editores, escritores, artistas, diseñadores, traductores y demás amigos que han hecho posible que hoy, nosotros, les publiquemos a ellos, continuando así lo que otros empezaron con un simple gesto y mucha dedicación.
Disfruten de la lectura.

Mas info: en :
http://mehralsbuecher.blogspot.com/


(Foto: (c) 2008 Timo Berger)

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Ein Vorwort

Timo Berger


Es ging immer um mehr, als allein um Bücher. Doch niemand hätte an jenemHerbstnachmittag im Jahr 2003 gedacht, dass aus einer gemeinschaftlichenBastelei in einer Bibliothek in Buenos Aires einmal ein erfolgreicheskontinentales Verlagsnetz werden sollte.
Der argentinische Schriftsteller Washington Cucurto hatte mich an jenemNachmittag angerufen, und gesagt, ich solle unbedingt in die „Casa de laPoesía“ kommen. Warum wollte er nicht verraten. Er sagte nur, sie würden„etwas Neues“ machen!
In der Calle Honduras, einer baumgesäumte Straße im Palmermo-Viertel,steht die ehemalige Villa des Dichters Evaristo Carriego, dort war einePoesiebibliothek untergebracht war, in der Cucurto damals arbeitete.
Im Patio standen der Schriftsteller und der Maler Javier Barilaro undpinselten die ersten Buchdeckel von Eloísa Cartonera. Mit Temperafarbenübertrugen sie Titel und den Namen des Autors auf die braunen Kartonsund luden mich ein, mitzumachen. Ein neues Verlagskonzept war geboren.
Ob visionär oder aus der Not geboren, das sollen andere entscheiden.Argentinien jedenfalls hatte damals die Folgen der Wirtschafts- undWährungskrise von 2001/2002 noch längst nicht überstanden. JungeAutorinnen und Autoren fanden immer schwerer Verlage, und umgekehrtwurden Bücher aufgrund der Entwertung, des argentinischen Peso immerteuerer und für viele unerschwinglich.
Zehntausende Argentinier verloren ihre Arbeit, vielen von ihnen bliebkein anderer Ausweg, als abends mit der ganzen Familie und einerEselkarre durch die Straßen zu ziehen, um den Hausmüll nach Verwertbaremzu durchzuwühlen: Metallschrott, Flaschen und eben Kartons und Pappen.
Die einfache, aber geniale Idee von Cucurto und Barilaro bestand nundarin, diese recycelten Pappen als Rohstoff für Bücher zu verwenden.
Jedes von ihnen wurde individuell bemalt und in Handarbeit gefertigt:Ein Unikat. Das Buch, ein hohes Kulturgut, wird dabei auf das Nötigstereduziert: der Einband besteht aus einem zurechtgeschnittenen BogenKarton, das Buchinneres aus zweiseitig fotokopierten DIN A4-Seiten, diein der Mitte gefaltet sind, mit Klammern zusammengehalten undschließlich in den Buchdeckel eingeklebt werden.
Doch ein Kartonbuch ist viel mehr als das: Es ist erschwinglich undwandert von Hand zu Hand, weil es ein Schmuckstück ist, ein Mitbringsel,das eine individuelle Geschichte erzählt und noch eine andere Geschichtemitbringt, die gelesen werden will. Ein Kartonbuch ist ein Ergebniseines kollektiven Arbeitsprozesses, eine Gruppe von Menschen entscheidetgemeinsam darüber, was sie verlegen, wie sie die Bücher gestalten undwie sie die Arbeit organisieren wollen.
Das ist– zugegebenermaßen – nicht immer Hochliteratur, aber immer etwas,was auf den Nägeln brennt, was danach drängt, veröffentlicht und gelesenzu werden. Eloisa Cartonera ist mehr als Bücher, ein soziales Projektund ein Treffpunkt für die verschiedensten Menschen aus aller Welt.Cartoneros bringen ihren Karton, manche bleiben und schließen sich demProjekt an, sie lernen, einen Verlag in eigener Regie zu betreiben,Bücher herzustellen, zu drucken und zu verkaufen.
Mit den Lesern und Autoren aus den Nachbarländern, die die Werkstatt vonEloísa Cartonera „No hay cuchillo sin rosa“ (Kein Messer ohne Rose),besuchen, verbreitet sich die Verlagsidee. Jeder darf das Konzeptkopieren. So sind in mehreren Ländern Kartonverlage entstanden: SaritaCartonera in Lima/Peru, Yerba Mala in El Alto/Bolivien, Yiyi Yambo inAsunción/Paraguay, Dulcinéia Catadora in /São// /Paulo/Brasilien, um nurwenige zu nennen.
Alle von ihnen haben trotz der unterschiedlichen Verarbeitung undGestaltung der Bücher – die einen nähen die Seiten wie klassischeBuchbinder, die anderen besprühen die Cover mit Stencils, wieder andereschreiben die Geschichten und Gedichte von Hand in die Bücher –, siealle haben eines gemeinsam: Sie verstehen sich als Projekt für dieGemeinschaft. Jeder kann mitmachen. Und in vielen Workshops inBibliotheken, Schulen und auf Buch- und Kunstmessen haben dieCartoneros, wie sie sich selbst nennen, ihre Kunstfertigkeit und ihrWissen weitergegeben.
Die vorliegende Anthologie „Mehr als Bücher“ ist dafür eingutes Beispiel. Sie ist das Ergebnis von zwei Editionsworkshops, die vonWashington Cucurto und María Gómez geleitet wurden und an denen nichtnur Bildende Künstler und Schriftsteller teilgenommen haben, sondernauch Schüler und Lehrer der Freidensburg-Oberschule und der KurtSchwitters-Oberschule. Es waren die Schüler, welche die Texte derAnthologie ausgewählt und die Buchdeckel gestaltet haben, sowie dengesamten Prozess des Buchmachens aktiv begeleitet haben. So enthältdiese Anthologie am Ende Gedichte und Texte von 19 Autorinnen undAutoren aus Lateinamerika, die in verschiedenen Kartonbuchverlagenpubliziert haben.
Es gibt mittlerweile, nach sechs Jahren reger Verlagstätigkeit, vieleKartonbücher, doch noch viel mehr werden gebraucht. Diese Buch ist dieerste Veröffentlichung des vor Kurzem gegründeten KartonbuchverlagesPapperLaPapp; es ist eine kleine Hommenage an die Verleger, Autoren,Künstler, Designer, Übersetzer und anderen Freunde, die es ermöglichthaben, das wir hier und heute dieses Buch veröffentlichen und dasfortsetzen, was andere mit einer einfachen Idee und viel Hingabebegonnen haben.
Ich wünsche allen viel Spaß bei der Lektüre.

http://mehralsbuecher.blogspot.com/

En agosto, Revista Diez Pinos

8 de julio de 2008

El Hombre Gato

Agradecemos a Juan Incardona -el flaneur del fútbol 5, el hacedor de objetos maravillosos- por mandarnos este dibujo de Santoro que ilustra su nuevo libro editado por Norma, "Villa Celina".


4 de julio de 2008

1 de julio de 2008

El Castrador Oculto


por Fabián Casas

Ah, las viejas series! Tenían capítulos unitarios que empezaban y terminaban en el mismo día, aunque algunas siguieran su trama a lo largo de toda la temporada. Las veíamos por la noche, con toda mi familia tirada sobre la cama matrimonial de mis viejos. En ese entonces, seguíamos El fugitivo. Me acuerdo del último capítulo, en el que el doctor Richard Kimble consigue atrapar al Hombre Manco que había matado a su esposa. Un capítulo doble con final feliz y catártico. Ahora la cosa se perfeccionó, se volvió rizomática. Por ejemplo Lost. No me imagino que pueda tener un final satisfactorio para sus seguidores –dentro de los cuales me encuentro–, a esta altura del partido y con cuatro temporadas en el buche. No, me parece que los guionistas no van a poder suturar a Lost cuando deban converger las tramas y subtramas que se fueron desperdigando dentro y fuera de la isla. Creo que Benjamin Linus no quiere producir satisfacción. Con la obra inédita de J.D. Salinger va a pasar lo mismo... [SIGUE ACÁ]

Retrato

Funes
p.mairal