30 de abril de 2008

La cajita feliz

por Pedro Mairal


(Página12, Radar, 27 de abril de 2008)
Hay muchas escenas del cine que me hipnotizan o se me quedan pegadas. La escena de esa especie de esgrima flotante por el cañaveral en El tigre y el dragón de Ang Lee. O el final de Midnight Cowboy, cuando Ratso, el personaje que encarna Dustin Hoffman, se muere en el ómnibus yendo a Florida, y su amigo —mientras todos los pasajeros los miran entre curiosos y espantados— le pasa el brazo sobre el hombro y lo abraza. Pero es en el cine de Buñuel donde encuentro más escenas inexplicables, inesperadas. Sus personajes hacen cosas que a veces no se entienden, no son lógicas, pero son inolvidables. Por ejemplo, un hombre ordeña una vaca, le da un vaso de leche a una nena, y la nena se lo vuelca en la cabeza a la vaca (como en el poema de Parra). Y eso está mostrado como al pasar, dentro de otra escena más importante

3 comentarios:

Fernando Guzmán dijo...

Hay una escena de "El fantasma de la libertad" de Buñuel que recuerdo siempre porque me causó mucha gracia, donde un actor dice "me tiene podrido la simetría" y mueve de lugar unos adornos que estaban bien acomodaditos. Si ese personaje conociera la colección de dedales de mi vieja, se muere de espanto...

TiTo A. dijo...

http://verguenzanohay.blogspot.com/2008/04/hormigas.html
En este poema mío hay una referencia a El perro andaluz, específicamente la escena donde el protagonista mueve con un bastón una manop cortada llena de hormigas. Esa escena me persiguió años hasta que logró que escribiera sobre ella.

elastichica dijo...

¿Le pusiste vos el nombre al artículo? Es delicioso.
No pretendo que me contestes.
Viniendo del autor de "asado-masoquismomo", me imagino que sí.