José Manuel Fajardo
Es una conmoción. Algo tan increíble, tan vejatorio que no puede quedar en silencio. El pasado 7 de marzo, el fotógrafo Daniel Mordzinski, cuya obra como retratista de escritores se expone en museos de todo el mundo, descubrió que su archivo con más de 50.000 fotografías tomadas entre 1978 y 2006, guardado con llave en el despacho que usaba en el diario Le Monde en París, había sido enviado a un sótano y quemado.
El periódico que reclama el respeto a la libertad de expresión en otros países, ha hecho desaparecer para siempre la mayor parte de un trabajo artístico que daba testimonio excepcional de casi tres décadas de cultura, con fotos únicas de Cortázar y Borges, de momentos de intimidad en el corazón mismo de la literatura de nuestra época. Una decisión que es un monumento a la incompetencia y la imbecilidad. Rematada por un inexplicable silencio de Le Monde, que se convierte en la guinda de desprecio de un acto execrable.
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