por miguel u
-Ocho horas de espera para el vuelo a bs as, en el aeropuerto benito juárez del df, en méxico.
-Dónde hay wifi? La chica de información, muy linda, morocha lacia, mexicana ultra prolija, me dice que sí pero que es pago y no entiendo bien. Me sonríe. Anota algo en un papel y me lo da. Es la clave. Me hace señas de que no diga nada.
-En una punta de las salas de embarque, consigo un enchufe donde poner la laptop porque no tengo batería. Me siento en el piso. Tengo internet.
-Chequeo mails. Leo blogs. Un tipo viene limpiando ventanas desde la otra punta. Una por una. En un momento me tengo que mover para que limpie donde estoy yo. Se me duermen las piernas. Voy a dar una vuelta.
-El empleado que limpia el baño te corta el papel para secarte las manos y te lo da. Espera propina a cambio. Un alemán rechaza la oferta y arranca él mismo su papel para secarse. El tipo masculla algo.
-Una serie de ocho hombres con chombas azules en silla de ruedas. Son de algún equipo de algo, pienso. Pero sanan de golpe y empiezan a caminar. Les están dando un curso de invalidez. Esos cursos de “un día como”. Para que sepan cómo se siente alguien en silla de ruedas. Después los veo sentados en ronda en las sillas charlando. Riéndose, tirando pataditas de risa.
-Gente en bermudas y camisa hawaiana, y gente con campera y bufanda. Los turistas vienen del frío, o vienen al calor, o van al frío, o van al calor. Gran variedad de atuendos climáticos.
-Los autitos eléctricos que llevan a gente que no puede caminar están tuneados. Van muy rápido. Los conductores hacen finitos. Disfrutan
-Esoy atrapado en un shopping. Todos los negocios venden lo mismo. El mismo robot de juguete. Los mismo vasitos para tequila. Los mismos anteojos en estantes iluminados desde adentro.
-Pasa corriendo un rubio alto con el sombrerote en la mano. Pierde el vuelo. Los apurados y los que hacen tiempo se mueven muy distinto.
-Una flaca en mini de patas largas mira cosas en un negocio; un tipo la tiburonea alrededor, simulando que también está eligiendo chucherías de aeropuerto. Me da vergüenza. Soy yo.
-Cayó la noche afuera, pero apenas se nota el cambio acá adentro. Paso cerca de la oficina de información. Podría decirle gracias a la chica que me dio la clave. Pero adentro de la cabina hay otra chica, que no es fea pero por no ser ella es monstruosa. El mundo giró y yo sigo acá.
-Vuelvo a mi enchufe. Me lo usurparon. Así que me entrego a esta lentitud de aviones y gente moviéndose a toda velocidad. Pasan, pasan, y yo quieto. Hasta que un vuelo se lleva al usurpador y me conecto otra vez para escribir. Falta un rato nomás para mi vuelo y todavía no saqué ninguna conclusión.
6 comentarios:
Hola, soy quien te preguntó sobre los comentarios en tu intevención en Mérida sobre literatura y nuevas tecnologías. Me gusta que escribas sobre lo que observas a tu alrededor. Yo suelo hacerlo, es un excelente ejercicio. Felicidades, un gusto y un abrazo desde Mérida.
El Benito Juarez es inmenso, parece un pulpo. Igual, lo extraño. Extraño México.
Qué envidia q estuviste.
Muy bueno tu escrito.
No le imagino a usted tiburoneando a nadie, pero algo debe hacer que a la gente le dan ganas, apenas conocerle, de entrar a su blog.
Saludos desde la Ciudad de México
"El empleado que limpia el baño te corta el papel para secarte las manos y te lo da.(...) Espera propina a cambio."
El mismo acá, el gordo forro que te tira sin ningún cuidado el bolso en el micro y te putea si le das 25 centavos.
Saludos Miguel, muy buena la crónica.
(para wifi gratuita y omnipresente hay que ir Rodriguez Saá Dreamland)
"Tiburonear" es un muy buen verbo. Los aeropuertos de ahora están diseñados para que la gente circule, para que nadie esté, y si te tenés que comer el garrón de unas cuantas horas esperando tu vuelo es, justamente, un garrón. Me pasó hace poco en Caracas. Tu crónica me recordó ese momento.
Muy buena.
Saludos.
Disfruto plenamente de las coreografias aeroportuarias.
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