p.mairal
Día 1
Antes de mi primera mesa redonda -donde voy a tener que hablar con una escritora canadiense sobre literatura y cine y adaptaciones de novelas a la pantalla grande, etc.- me llevan de visita a Tlaquepaque. Soy Pedroernesto para los organizadores. Tenemos 53 minutos y quedo atrapado en un tour guiado personalizado en el museo de la cerámica. Sudo. Interrumpo un speech de la cocción precolombina del barro pidiendo perdón tengo que irme, y nadando entre gente atravieso la feria y llego solo cinco minutos tarde.
La novelista canadiense no tiene ni idea de quién soy, ni yo de quién es ella. Me dijeron que como a ella le adaptaron un libro al cine y a mí idem, entonces vamos a hablar sobre el tema, pero veo en el folleto que figuro como presentador. Casi me escapo, pero me quedo y entre el inglés y el francés tarzánico la entrevisto, metido en un gran equívoco. Ella no me pregunta nada. Me mira sufrir. ¿Soy yo el presentador? Nadie me avisó. Parece un mal sueño, pero es real y dura 50 minutos.
Después sólo se me pasa el susto y la palidez tomando unos mezcalitos en el stand de la editorial Almadía. El acohol hace puente con la cena y los tequilas del boliche (acá le dicen antro) donde nos llevan a los autores a la noche. Se llama "La mutualista". Buen nombre. Pero yo tengo una entrevista en tv a las 8 am. Me van a pasar a buscar a las 7 am por el hotel. Así que no bebo. Sólo un tequila, bueno dale otro, pero el tercero ya no porque alguien gritó y no sé qué carajo estoy haciendo bailando si yo bailo ridículamente mal y el cuarto tequila ya no es mío pero tampoco lo son mis piernas y me voy al hotel, che.
Día 2
Wake up call a las 6:30. El mundo da mucho asco a esa hora y con resaca. Pero me van a entrevistar. Ya me comprometí. Debe ser media hora, hablar de mis libros. Habar de literatura latinoamericana o argentina. Debe ser un programa cultural. En los mails parecían muy interesados así que vamos, vamos. Saco una foto del amanecer. Salgo. En la puerta de Televisa me frenan. Nadie sabe nada de la entrevista. Hay que llamar a no sé quién para que llame a no sé quién. Aparece un tipo de producción o de seguridad que me hace pasar y frente a una figura de la Virgen de Guadalupe anota en un papelito Su nombre? Es escritor? Qué libro viene a presentar? No, vengo a una entrevista. Un momento. Espero.
Me hacen pasar a un estudio. Noticiero matutino. Una periodista con máscara de maquillaje me mira con los ojos demasiado abiertos. Ni idea de nada. Por suerte traje un libro y se lo muestro para que se oriente. Me sientan en un sillón. Diálogo de 3 minutos con la periodista que no parpadea. Con la voz tequilosa hago el peor resumen que hice en mi vida de alguno de mis libros. Los televidentes del estado de Jalisco deben haber quedado perplejos, embalsamados, con la taza de café en el aire. Alguno hasta decidió que no iba a trabajar. De qué carajos habla este argentino? La mujer sin párpados me mira desde la dimensión desconocida. Bache televisivo. Y... cuéntenos qué le ha parecido la Feria del Libro de Guadalajara? Eh... (algo dije sobre la cantidad de gente). Y muchas gracias señor Pablo Mairil...
Volví alarmado. En un rato me llevan a una escuela (la prepa) para encontrarme con alumnos del secundario. Pedroernesto, ahorita diez y cuarto lo pasamos a buscar por el hotel... Y falta a la tarde la mesa redonda con el Eduardo Halfon y mañana el encuentro de cuentistas. Iba a terminar esto poniendo un cartelito de continuará, pero espero que no continúe, o que continúe bien, sin equívocos para contar.
6 comentarios:
me hiciste escupir el agua que estaba tomando, me reí pedroernesto.
tremendo.
una combineta fatal de lost in translation y wild on guadalajara.
muy bueno,
quisiera que escribieras más, y más, todo el tiempo.
Volveré por más!
brindo con tequila, pedro
Ahora te tenés que hacer la novela del escritor recorredor de ferias.
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