19 de julio de 2007

Seguirá siendo siempre


Quizá mis dos cuentos preferidos de Fontanarrosa son Caminar sobre el agua y Entre las cañas. El primero es sobre una nena a la que su profesora de catecismo le enseña a caminar sobre el agua, como Cristo, pero en la piletita del fondo del jardín, y la madre se queja porque vuelve con los zapatos mojados. El otro no lo puedo contar sin arruinarlo, digamos que son unos amigos que van a jugar un campeonato a un barrio muy pesado de Rosario.
Da tristeza que se haya muerto Fontanarrosa, uno no sabe qué hacer. Pero están sus libros ahí. Libros donde seguirá siendo siempre uno de los mejores cuentistas argentinos.
p. mairal

4 comentarios:

Ana dijo...

Me entero de la muerte de Fontanarrosa entrando aquí. Yo recuerdo a Mendieta, sobre todo. Su pequeñez desgarbada, y esa viñeta inolvidable en la que ofrece intercambiar lugares con su amo ante la inminencia de un malón o un malentendido policial. Lo mira a los ojos y dice: "Yo ya estoy jugao', don Inodoro".
Me hubiera gustado darle un abrazo, a Fontanarrosa. Alguna vez.

Tommy Barban dijo...

Su humor no era el mío, cuando hojeo Clarín suelo pasar sus chistes de largo; los cuentos quizás ganen en fallo dividido.
Lo que me conmueve es la dignidad y la entereza del tipo, esas que se expresan, por ejemplo, en la frase con la que anunció hace unos meses el final de su carrera y, pensándolo ahora, de su vida: "La mano derecha claudicó. Ya no responde, como antaño, a lo que dicta la mente."

XV dijo...

Que extraño es todo cuando alguien muere. Yo siento, una enorme pena por la horfandad de Don Inodoro y de Mendieta. Y pareciera ser que por la nuestra sin el también...Hoy quisiera ser canalla.

Pablo Toledo dijo...

Adhiero poderosa y sentidamente, sobre todo a la parte de "uno de los mejores cuentistas argentinos". Pasarán más de mil años antes de que la runfla le reconozca ese título, pero lo gana por muchos cuerpos.