por Fabián Casas
Antes que nada tengo que avisar que soy un sentimental. En el cine, cualquier escena medio lacrimógena -aunque sea malísima- me hace llorar. Por eso, resulta extraño que a veces en los velatorios de seres queridos no llore. Tal vez porque son precisamente para llorar. Soy -con el llanto- como esos tipos que se excitan para tener sexo en los lugares dónde es más difícil tener sexo (debajo de la mesa de un bar concurrido, en el pasillo de la oficina, etc). La otra noche estaba tirado en mi cama viendo tele y de golpe apareció Cortázar, entrevistado por un gallego letal. Era una entrevista de fines de los setenta, imagino. Lo primero que me vino a la mente fue el recuerdo de estar volviendo del centro a mi casa, en el subte línea E, con el ladrillo negro de Rayuela recién comprado. Tenía once años y pasaba las manos por el lomo del libro con la excitación en el pecho propia de los enamorados. Leía en la contratapa cosas como: "Rayuela, exasperante contranovela, libro total, denuncia de la inautenticidad de la vida humana". Lo abría, lo hojeaba. Tenía un tablero de dirección con ordenación de los capítulos para leerlos de diferentes maneras. El primer verso de la novela decía: "¿Encontraría a la Maga?", la puta madre. Todo era críptico, prometedor, maravilloso. Me acuerdo que pensé: si me leo este libro, si lo diseco y lo metabolizo en mi porvenir, voy a ser un genio inalcanzable. Después, pasaron las lecturas múltiples de Rayuela, después pasaron los años y el libro me empezó a parecer ingenuo, snob e insoportable, aunque jamás me pude desprender de él y ahora mora en mi biblioteca medio hecho mierda por el paso del tiempo. Hasta que finalmente llegó el día en que negué a Cortázar tres veces mientras cantaba el Gallo Airano. Listo. Pasemos a otra cosa: primero publicar después escribir. Sin embargo, esta noche Cortázar habla con su inconfundible acento gangoso, francés, como el zorrinito enamoradizo de la Warner. Cortázar habla de sus primeros pasos, desprecia a los escritores que no piensan hacer la revolución, defiende a los escritores de la garcha del boom, critica su 62 modelo para armar y destroza su Libro de Manuel. Yo asiento. Habla de la urgencia de escribir mientras el mundo tiene que cambiar drásticamente. No hay pasión por la indiferencia: hay ingenuidad y nobleza. Me doy cuenta de que le creo todo lo que dice. Entonces, tapado por la frazada escocesa, solo con mi perra Rita a los pies, me doy cuenta de que estoy llorando. Sí, sí, digo, mientras empino el quinto whisky, Cortázar tiene razón. Quiero que vuelva. Que volvamos a tener escritores como él: certeros, comprometidos, hermosos, siempre jóvenes, cultos, generosos, bocones. No esta vulgar indiferencia, esta pasión por la banalidad, esta ficcionalización con todos los tics de la peor tv de la tarde, los talk shows de Moria, y toda esa mierda. Al octavo whisky lo llamo a mi amigo Santiago y le digo, medio llorando, medio exaltado: Che, Aira nos cagó, la literatura argentina cayó en la trampa de Aira !es un agente de la Cía! Los escritores serios, los grandes gigantes, son mirados de soslayo: ¡reina el viva la pepa! Aira le hizo mucho mal a la literatura, la partió en dos, antes y después de él. De Operación Masacre a Operación Jajá.
Antes que nada tengo que avisar que soy un sentimental. En el cine, cualquier escena medio lacrimógena -aunque sea malísima- me hace llorar. Por eso, resulta extraño que a veces en los velatorios de seres queridos no llore. Tal vez porque son precisamente para llorar. Soy -con el llanto- como esos tipos que se excitan para tener sexo en los lugares dónde es más difícil tener sexo (debajo de la mesa de un bar concurrido, en el pasillo de la oficina, etc). La otra noche estaba tirado en mi cama viendo tele y de golpe apareció Cortázar, entrevistado por un gallego letal. Era una entrevista de fines de los setenta, imagino. Lo primero que me vino a la mente fue el recuerdo de estar volviendo del centro a mi casa, en el subte línea E, con el ladrillo negro de Rayuela recién comprado. Tenía once años y pasaba las manos por el lomo del libro con la excitación en el pecho propia de los enamorados. Leía en la contratapa cosas como: "Rayuela, exasperante contranovela, libro total, denuncia de la inautenticidad de la vida humana". Lo abría, lo hojeaba. Tenía un tablero de dirección con ordenación de los capítulos para leerlos de diferentes maneras. El primer verso de la novela decía: "¿Encontraría a la Maga?", la puta madre. Todo era críptico, prometedor, maravilloso. Me acuerdo que pensé: si me leo este libro, si lo diseco y lo metabolizo en mi porvenir, voy a ser un genio inalcanzable. Después, pasaron las lecturas múltiples de Rayuela, después pasaron los años y el libro me empezó a parecer ingenuo, snob e insoportable, aunque jamás me pude desprender de él y ahora mora en mi biblioteca medio hecho mierda por el paso del tiempo. Hasta que finalmente llegó el día en que negué a Cortázar tres veces mientras cantaba el Gallo Airano. Listo. Pasemos a otra cosa: primero publicar después escribir. Sin embargo, esta noche Cortázar habla con su inconfundible acento gangoso, francés, como el zorrinito enamoradizo de la Warner. Cortázar habla de sus primeros pasos, desprecia a los escritores que no piensan hacer la revolución, defiende a los escritores de la garcha del boom, critica su 62 modelo para armar y destroza su Libro de Manuel. Yo asiento. Habla de la urgencia de escribir mientras el mundo tiene que cambiar drásticamente. No hay pasión por la indiferencia: hay ingenuidad y nobleza. Me doy cuenta de que le creo todo lo que dice. Entonces, tapado por la frazada escocesa, solo con mi perra Rita a los pies, me doy cuenta de que estoy llorando. Sí, sí, digo, mientras empino el quinto whisky, Cortázar tiene razón. Quiero que vuelva. Que volvamos a tener escritores como él: certeros, comprometidos, hermosos, siempre jóvenes, cultos, generosos, bocones. No esta vulgar indiferencia, esta pasión por la banalidad, esta ficcionalización con todos los tics de la peor tv de la tarde, los talk shows de Moria, y toda esa mierda. Al octavo whisky lo llamo a mi amigo Santiago y le digo, medio llorando, medio exaltado: Che, Aira nos cagó, la literatura argentina cayó en la trampa de Aira !es un agente de la Cía! Los escritores serios, los grandes gigantes, son mirados de soslayo: ¡reina el viva la pepa! Aira le hizo mucho mal a la literatura, la partió en dos, antes y después de él. De Operación Masacre a Operación Jajá.
34 comentarios:
Rayuela en el colectivo a los once!? No tenés derecho a ser tan precoz, a esa edad yo andaba recién por el Dr. No y los dos tomos de la edición Thor del Vizconde de Bragelonne. De Arlt para acá, la ambición desmedida es la virtud literaria esencial. Después si no te da, no te da, pero hay que empezar por la ambición. Por eso Cortazar hace llorar.
Yo lloro cada vez que leo esto:
http://www.lainsignia.org/2000/diciembre/cul_005.htm
Brillante.(yo tambien vi ese programa)
Al margen, la primera parte de Rayuela es la que es ingenua, snob e insoportable. Incluyendo a la Maga que es probablemente el personaje mas sobrevalorado en la historia de la literatura. Pero la segunda parte, la de Talita, Traveler y el gato calculista es una genialidad y me voy a mamar cuando algun critico literario la relea como la verdadera maravilla que es.
Saludos a Rita.
Aira es Cortázar con pollera.
Al margen, lo que dice Tatiana es muy cierto.
Bien, Casas
OK, Fabián. Volver a Cortázar (a "eso" que te suscita Cortázar) pero ya sin Cortázar. Y mucho más sin Aira (¿sin aire?).
Excelente. Pero para ser noble e ingenuo y ser apreciado por eso mientras tanto hay que haber sido un genio al menos en un par de libros(como Cortazar). ¿Por qué es tan importante el tal Aira?
partir del hecho de que Aira nunca habría dado esa entrevista.
me cago en el futuro! lo que sentis con la literatura ahora y antes, me pasa estudiando bellas artes. La pose hago cualquier cosa y caigo bien parada en galerias top es normal hasta en el conurbano bonaerense.
No creo que Aira tenga la culpa, por que Aira hay uno solo y no conozco un escritor joven como el, pero cae en la bola porque para mi la mano viene mas por el lado: la academia no existe, No leamos los viejos autores leamos los de 10 años atras y de ahi partamos, no de 30 años o 60 años atras.
En las artes plasticas sucede eso, nadie sabe que ya se hicieron las cosas que hacen y se sorprenden cuando se lo decis en la cara.(posta)
sino seguro la culpa es de la tv ;) (pobresittaa)
pd: entiendo perfectamente eso e llorar cuando no hay que llorar.
:...)
nunca habia leido a Aira pero tanto se hablaba de el que decidi comprar un libro suyo para ver que onda. Compre La guerra de los gimnasios. Me parecio una cagada. Si este es el nuevo genio de la literatura argentina OK me quedo con Borges, Bioy, Saer, Blaisten, etc. Quizas la pifie con el libro que compre, deberia haber empezado por otro pero alguien me puede explicar cual es la genialidad de ese pibe Aira? Por que lo idolatran tanto? Muchas gracias y perdonen mi ignorancia soy apenas un aprendiz de lector que disfruta como escriben los "viejos" anteriormente nombrados.
Yo también probé con "La guerra de los gimnasios" y tampoco me resultó.
quisiera saber cómo sigue la historia en el guiski 18
Te descubro con esto de cortazar y gracias al blog de Tomas. Nada mas por curiosidad me empujaste a buscar Rayuela otra ves y quisiera no creer que es snob, quisiera pensar que cambio mi vida, que fue importantisimo, y que la maga sigue siendo la mujer perfecta para el fracaso ajeno.
Sin embargo el fracaso fue propio y la maga no existe. Cortazar ha sido un buen tipo y ninguno de nosotros volveremos a ser los mismos. ¿Sera por eso que nos hace llorar Cortazar?
Emociona tu relato. Emociona Cortázar.
Aira me hace llorar.
bautista, ahora lo hundiste a césar y se viene el rescate de isidoro blaisten!
El trayecto de muchos:
de la adoración precoz de rayuela a que sea snob, insoportable y adorado a la vez.
¿por qué nos enseñaron a descreer de esas emociones? ¿por qué el ascenso de aira es el descenso de cortázar? maldita academia.
cortázar es esa voz con inverosimil acento francés.
la entrevista y los whiskys que toman periodista y entrevistado ahí son geniales.
Si a los 11 años tenías Rayuela y pensaste "si me leo este libro, si lo diseco y lo metabolizo en mi porvenir, voy a ser un genio inalcanzable", entiendo por qué después abominaste de él: porque ya eras un genio, ¿no?
Propongo cambiar el título del escrito: "Casas tomado".
Me pasó algo parecido viendo una entrevista a Borges, el mismo Borges que (de otros modos, en otras circunstancias) me resulta muy detestable. Y aunque también en esta entrevista me resultó detestable (habló a favor de las dictaduras, etc.) ¡qué bueno fue escucharlo!
Qué épocas, aquellas.
(Coincidencia: Justamente hoy me acordaba de "Rayuela", y del capítulo que más me gusta: ese en el que ponen tablas para cruzar de una ventana a otra).
Pero a Aira no lo leí.
qué loco, que necesiten estar matando a alguien para existir. aira no es santo de mi devoción, ¡pero tanta saña! es decir, aira me aburre mucho, pero no hablo de lo que me aburre.
respecto de cortázar, la furia académica contra él es terriblemente snob y estúpida (o sea: las personas que he escuchado y leído decir cosas como "si zama y no rayuela hubiera sido la novela" etc, son terriblemente snobs y estúpidas).
me sentí identificada con casas cuando piensa "sí, cortázar es snob" etc, pero al mismo tiempo se siente emocionado. es todo eso junto: hay que tener los cojones bien puestos para permitirse ser cursi en esta época en la que lo cool es ser mario pergolini (superados sin el menor mérito; por ejemplo sin haber escrito rayuela). además, el snobismo que practica cortázar allí, la cosa "de iniciados" de la primera parte, bueno, hay que haber leído y manyado bastante heidegger, wittgenstein, boulez, berg, schonberg para escribir así y que funque: la mayoría de los críticos de ese cacareado snobismo no sería capaz ni de entender de qué está hablando el tipo, no hablemos de escribir un fragmento decente de prosa.
me han hablado muy bien de casas voces autorizadas (mi papá, cierto escritor patagónico, algún corresponsal), me gustó ese tono emocionado del post.
¡ah, debo dejar de beber ron puro!
Casas.
Leí Ocio hace unos días y me gustó mucho mucho.
Tarde en la noche me parece hermosísimo pero no solo eso: signa época. Y acaso abra otra. Yo por lo pronto me lo voy a guardar y si mi esclerosis no avanza muy veloz voy a tenerlo presente largo rato.
Y ah: ¡Cómo me gustaría tener una camisa de San Lorenzo, con botoncitos blancos!
Abrazo.
ab
usted es Angel Berlanga?. Creo haber escuchado hablar mucho de su persona, siempre bien, claro.
No se enojen, chicos. Es cierto lo que dice Mara. Cortázar siempre es mágico, y tal vez su mayor defecto es dejarse influenciar a veces por él mismo, porque no puede evitar ser verborrágico, porque no puede evitar ser lírico. Y a mí me gusta cómo escribe Aira.
Acabo de escribir un articulito sobre esta nota y sobre Cesar Aira, no la corregí (son las 2 de la mañana!) pero dejo el link para el que le interese: http://plimplimplim.blogspot.com/2007/07/cesar-aira.html
gracias
Fabian Casas es un genio!
Probablemente la emoción de Fabián no se refiera solamente a Cortázar, sino a él mismo como lector; vale decir, al tipo de emoción que un escritor como Cortázar es capaz de despertar en las personas muy jóvenes que se asoman al mundo de las palabras buscando un asombro que después generalmente se pierde. Entonces, esa nostalgia por los escritores como Cortázar se estaría contraponiendo a la indiferencia canchera que nos deparan otro tipo de escritores, acaso menos comprometidos con el mundo que los rodea, pero la sensación se refiere también a quienes alguna vez fuimos y ya no podemos volver a ser.
Fabián trata de volver a ser ese escritor, por eso su ficción de los 11 años y su muy buena defensa de un tipo que, en un momento muy preciso de nuestras vidas, nos ayudó a vivir un poco mejor.
Leí este post hace un mes. Si no comenté entonces fue porque Casas es Casas y yo soy yo. Pero me siguió durante semanas. "Me doy cuenta que creo todo lo que dice." Hoy lo busqué para contagiarme devuelta del acento gangoso y de esa cosa que Casas explica tán lindo, la de la ingenuidad y nobleza: quiero que vuelva...
La sensación que tengo con Aira cuando habla de Cortázar es la misma que sentiría cualquier amante del fútbol si escuchase a McAllister criticando el fútbol de Maradona, sería algo bastante cómico, por contraste.
El de "Primero publicar, después escribir" fue Osvaldo Lamborghini, quizás lo mejor que hizo Aira por la literatura argentina fue estimular la publicación de la obra de Lamborghini. No hay que darle mucha bola a Aira, ni a los oráculos académicos y sus dogmas. Ustedes los escritores sigan escribiendo y nosotros los lectores seguiremos leyendo.
brillante
esto es genial!
tal vez perdimos el respeto en el medio de tanta liviandad.
espero jamás negar a Cortázar.
A mi Aira me chupa un huevo, no sé porque lo halagan tanto. He leído algunas de sus novelas y me parecen una reverenda cagada. Es tirar la plata.
todos negamos a Cortázar, todos...
"ingenuidad y nobleza-", hermosas cualidades.
Extraño a Cortázar, mucho
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